El nuevo año nos recibió con una buena noticia que bien pudo pasar inadvertida en medio del asueto decembrino: según la Policía Nacional, en 2012 las muertes violentas en Valledupar bajaron un 14% con respecto al año inmediatamente anterior. Esto quiere decir que se cometieron 94 homicidios en 2012, 15 menos que en 2011, cuando se segaron de manera violenta 109 vidas.
Es cierto, como lo manifestó hace poco el secretario de Gobierno Municipal, que la tasa de homicidios ha venido disminuyendo en Valledupar desde el 2003 cuando hubo 283 asesinatos en la ciudad. Pero aún resta mucho por hacer, y los desafíos siguen siendo enormes.
En el contexto nacional, Valledupar, con un registro de 31 homicidios por cada cien mil habitantes hoy está apenas por debajo de la tasa nacional de 32 homicidios por cada cien mil habitantes, y por encima de ciudades como Barranquilla con 29,1, pese a que en esta ciudad los homicidios se incrementaron un 6,7% en 2012, y de Bogotá, que cerró 2012 con la tasa más baja desde 1983: 16 homicidios por cada cien mil habitantes.
La administración municipal parece ser muy consciente de ello, y trabaja, dentro de su Plan Integral de Seguridad y Convivencia Ciudadana, en acciones como el reforzamiento de los cuadrantes -que pasarán de 14 a 28- , el incremento del pie de fuerza de la Policía, la construcción de la Estación de Policía de Valledupar y de cinco CAI Móviles, y el mejoramiento de las labores de inteligencia. La polémica Tasa Especial de Seguridad busca recaudar dineros para tal fin.
Y, como en Bogotá, donde la focalización de esfuerzos en los barrios más problemáticos ha traído resultados sorprendentes, se ha hecho un diagnóstico preciso de los hechos delictivos por barrio y comuna para tomar medidas focalizadas que permitan reducir los hechos delictivos. Es así como, sin descuidar las demás zonas de la ciudad, se enfocarán los esfuerzos en El Centro, Los Fundadores, La Nevada, 12 de Octubre, La Granja, Simón Bolívar, Dangond, San Martín, El Carmen y Primero de Mayo, barrios con una alta incidencia de delitos.
Pese a los buenos resultados obtenidos, Bogotá le está apuntando a alcanzar una tasa de 6,5 por cada cien mil a mediano plazo. Metas igual de ambiciosas debe trazarse Valledupar pues los indicadores, aunque han mejorado, distan de ser los soñados. Hay que poner andar pues el Plan Integral de Seguridad y Convivencia Ciudadana, atacar el crimen organizado sin descanso, acercar a los uniformados a los jóvenes de los barrios, e implementar una buena política de cultura ciudadana que logre infundir tolerancia y respeto por la vida humana.
Nueva York, que en los ochenta estaba en manos del hampa, logró, gracias a las políticas de los alcaldes Giuliani y Bloomberg, convertirse en una de las ciudades más seguras del mundo, y cerró 2012 con una tasa de sólo 3,8 homicidios por cada cien mil habitantes. ¿Cuesta mucho pensar en grande?