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“¡Baja esa perra del carro!” genera opiniones divididas

Estos son algunos memes que rodaron en redes sociales después del video que se volvió viral.

“Yo jamás haría un acto como ese, la que se expuso fue esa mujer”, frases como esas se escucharon una y otra vez en un sondeo que realizó EL PILÓN sobre el episodio que llamó la atención de los colombianos y otros medios internacionales a inicio de este 2016. Se trata del video que se volvió viral en las redes sociales, en el que una mujer de cabello largo negro se interpone en el camino de un carro rojo gritándole al “Luis” (su pareja) para que bajara a la “Daniela Murcia” (amante) del vehículo.

De igual forma, otro bando opinó no saber cómo actuar en una situación similar, mientras que la minoría apoyó el comportamiento de la mujer que llena de ira insistía en que la “perra” se bajara del carro para que quedara expuesta ante las decenas de personas que estaban en el lugar y los millones de internautas que ahora vieron el video a través de las redes sociales.

La psiquiatra clínica Janitza Gómez Ureche analizó el hecho que llamó poderosamente la atención de las personas, incluso por encima de noticias más importantes y que los afectarían directamente como el incremento del IVA, las alzas de tarifas de energía y gas, además del nuevo salario mínimo.

“La economía y lo demás son hechos del día a día, pero situaciones o escándalos como conciernen a algo importante para el ser humano como el afectivo, eso por supuesto tiene mayor afectación al ser. Es por ejemplo, como aquellas personas que hacen dieta muchos años y no logran rebajar pero cuando tienen una alteración afectiva como cuando el novio que ama la deja, se muere un ser querido, entre otros, la gente sí baja varios kilos. Las situaciones que afectan al ser como persona llaman la atención porque lo hacen de manera completa, la parte social, ser vulnerable, el qué dirán, la burla. Hay personas que se alegran de haber visto a esa muchacha reclamarle a Luis porque están viviendo lo mismo y no son capaces de hacer algo así, aunque no es lo adecuado, se sienten identificadas con ella. Por eso tendrás opiniones diferentes”, aseguró la especialista.

Una buena posición puso sobre el tapete la psiquiatra vallenata que a diario debe ver a personas con desórdenes afectivos y que le dan la experiencia necesaria para hablar del caso. Efectivamente, aquellas personas que toman una posición al respecto, es de acuerdo a la educación, a sus vivencias y al lado en que se encuentre. Es así, como una joven que esté saliendo con un hombre casado tendrá una reflexión a partir de esto, pero también rechazará el hecho. Las que son esposas y saben que su hombre sale con otra mujer, les interesará saber mucho más sobre el caso porque se sienten identificadas, incluso pueden aplaudir la acción de la mujer celosa pero otras que no tienen ninguna afinidad por la escena, simplemente no creerían que su comportamiento sería igual en un episodio parecido. Aunque se debe tener claro que toda regla general tiene sus excepciones.

Andrea Martínez, como llamaremos a la mujer que accedió a hablar sobre el tema, indicó que vivió una situación parecida. Se iba a casar con su novio y tenía todo arreglado para el gran día, desde las velas, sillas, arreglos hasta el vestido de novia.

Sin embargo, un pequeño impase hizo que Andrea se quedara por unos días en Valledupar mientras su comprometido viajaba a Barranquilla. Después de varias mentiras y a escasos tres días para el día especial, confirmó lo que estaba pasando: su novio tenía una amante.

La reacción no solo llevó a que Andrea le lanzara el anillo de compromiso en la cara al hombre que decía le había destrozado su vida, sino que el apartamento con los electrodomésticos nuevos lo echó también a la basura.

Cuando todo lo que se había pensado pasaría, llegó el toque final: Andrea fue hasta el lugar donde sabía estaba su exnovio con su amante en el cine y la sacó del lugar halándole los cabellos y gritándole todo tipo de palabras mayúsculas para que concordaran con una sola definición de animal. Al igual que muchas de las entrevistadas, ella nunca imaginó protagonizar esa escena de telenovela.

“Nunca había pensado en hacer algo parecido, mi intención era que ellos me vieran, debido a que todo el tiempo yo le decía y me lo negaban. Pero al verlos juntos me llené de mucha rabia por el engaño y la forma como pasó todo y lo hice”, dijo Andrea.

El hecho bochornoso fue presenciado por muchos en el centro comercial y además Andrea se fue en el carro con su novio y dejó a la mujer expuesta ante el público.

“Si me preguntas así con cabeza fría si lo volvería a hacer, te digo que no, nunca. Con lo que pasó me di cuenta que viviendo los momentos soy capaz de reaccionar así, según mis emociones así que no sé realmente qué pasaría si lo volviera a vivir”, agregó.

Pero… ¿qué la llevó a esta reacción similar a la que tuvo la mujer de cabello largo de Ibagué?

La psiquiatra Janitza Gómez explicó que, “el histrionismo más la histeria hace que se realicen situaciones sin razonamiento a las consecuencias. Luego el sentimiento de culpa los lleva a deprimirse por sentirse traicionada y por la mentira que acompaña al engaño”.

Con respecto a la exposición, la especialista sugiere que es parte de exigir un espacio que se ha perdido, lo cual no se debe llegar a dejar el ser digno y con seguridad de sí mismo para exponerse a gritos, insultos y agravios en una forma histérica. Las personas inmersas en un triángulo amoroso son parte del problema y de la solución. Se debe preguntar, si se perdona y sigue o de lo contrario tomar una decisión.

“No todas actuarían de la misma manera, pero ninguna lo sabe, algunos se quedan callados porque cada quien tiene una personalidad definida y de acuerdo a su personalidad así reaccionarán. Por ejemplo, las histriónicas figurarán, las narcisistas no lo harían por su ego (el yo alto), las borderms (ama y odia al tiempo) están en el límite y pueden vengarse haciendo lo mismo que él para cobrarle, las dependientes se callarían y aceptarían para no perder el afecto de la otra persona”, aseguró.

Lo que está claro para Gómez es que “no está bien la degradación de tu propio ser, se debe hacerle saber que conoce lo que está pasando y luego se debe tener comunicación para exponer la situación y dejar claro los límites y puntos de la relación. Al dejarlo expuesto, se tomará una decisión”.

Opiniones divididas
En un grupo de mujeres, el tema se expuso para conocer en detalle cuál era la posición de cada una de sus integrantes. Samina Suárez por ejemplo, indicó que, “no estoy de acuerdo con hechos como esos, la verdad es que si me pasara algo así, yo le pediría explicaciones a él, porque fue quien me engañó. El que está irrespetando la relación es él porque ese cuentico que hay mujeres regaladas es cierto, pero es decisión de él aceptar o no el ‘regalito’”.

Sharon Picón también estuvo de acuerdo en no hacer ese tipo de espectáculos, dijo que “lo persigo a él en el lugar donde pueda verlo con ella y le hago el reclamo. ¿Para qué meterme con la mujer? es él quien debe pagar y echarse de la casa. Por eso prefiero la diplomacia, porque es vergonzoso que todos se enteren de los cuernos”.

Kate Guerrero fue más allá y aseguró que no haría nada por retener a un hombre de esa manera: “pienso que si hizo eso es porque ya no le sirvo, entonces que se vaya. Soy relajada y me da lo mismo”, manifestó.

Por su parte, Alma Quintero dijo que, “no sé cómo reaccionaría. De pronto me acobardo o de pronto enfrento la situación y hay que tener en cuenta que también juega la actitud de ellos. Puede ser retadora, provocadora y no sé si pueda tener la capacidad de manejar eso en ese preciso momento. Siendo la verdadera afectada, es que es muy difícil”.

Xiomara Narváez quien esperó a que todas hablaran para ella concluir el tema, manifestó que no era de hacer esos escándalos: “creo que uno debe tener su dignidad y valor. Si está con otra pues que la disfruté. Seguramente para mí también habrá otro amor”.

A pleno sol de mediodía y en medio del paisaje de la plaza Alfonso López de Valledupar caminaba una mujer con cabello ondulado, piernas largas y sonrisa grande. Lily Herrera, como dijo que se llamaba, quiso opinar al respecto. Su seguridad me anticipó por cuál lado se iba.

“La verdad estoy de acuerdo con lo que sucedió en Ibagué, fue un hombre que hirió los sentimientos de su pareja y además tenía en el carro de ella a la otra, eso llena de ira a cualquier mujer, claro que reaccionaría igual porque aquí no vale solo tener dignidad y guardar la compostura, sino dejarle claro a esa ‘quitamaridos’ que no puede reírse a espaldas y exponerla ante el público para que sepan qué clase de mujer hizo eso debido a que salió con un hombre casado”, manifestó.

La explicación de la especialista
Según la psiquiatra Janitza Gómez, la infidelidad es la principal causa de la separación y de violencia intrafamiliar.

A nivel psicológico, muy pocos eventos estresantes generan tantas y tan variadas repercusiones negativas.

Marido, mujer, hijos, amigos, familiares, amado y concubina, amada y galán, todos se ven afectados y entran en el revolcón.

Cuando quien es víctima del engaño lo descubre, recorre casi toda la gama de emociones: depresión, resentimiento, ira, hostilidad, ansiedad, decepción, venganza, envidia, asombro, incredulidad, sorpresa, aislamiento, frustración y una baja fulminante en la autoestima. Y cuando no se da por enterada, la sospecha comienza a molestar: “Algo ocurre”, “Cada vez está más distante”, “Está llegando tarde”, “Me habla menos”, y así, una frialdad sutil, lenta e implacable se va apoderando de la relación hasta congelarla. La infidelidad, aunque no se ve, se siente.

Contrariamente a lo que manda el sentido común, los responsables del adulterio también sufren. No hay felicidad completa. De un lado, culpa y arrepentimiento, pánico a ser descubierto, tensión, indecisión y brotes de autocastigo. Del otro, goce mayúsculo, felicidad desbordante, atracción por lo clandestino y un enamoramiento que los transporta al más allá. Este “sube y baja” cotidiano entre el gusto y el disgusto, la alegría y la tristeza, los encuentros y las lejanías, los escapes y los regresos, más la presión que genera un conflicto en apariencia irresoluble. Rápidamente va minando la estabilidad emocional de quien engaña. Esta es la razón por la cual muchos sujetos infieles sienten alivio al ser descubiertos: “Menos mal, la vida decidió por mí”, “¡Gracias a Dios, se acabó!”, o “Aunque me duela, es lo mejor para todos”. Dejar un amor prohibido es el sosiego del dolor, con dolor.

Al anterior panorama de conmoción afectiva hay que agregar el desajuste de aquellos amantes que esperan ilusionados la separación (o en algunos casos la viudez) de su eterno enamorado o enamorada. Me refiero al otro polo, al vértice del triángulo. A los que viven la angustia interminable de un amor inconcluso esperando completarse. La insoportable sensación de que siempre faltan ‘cinco centavos para el peso’.

El juego de la infidelidad no es fácil de jugar. Las reglas son complejas y potencialmente nocivas. Y tal como lo demuestra la psicología clínica, cuando se sale de las manos no queda títere con cabeza.

La certeza de estar con alguien confiable es fundamental para establecer cualquier vínculo interpersonal saludable. Para poder entregarnos verdaderamente y construir una buena relación de pareja, los humanos necesitamos un tono emocional seguro. Si no obtenemos esa garantía primaria, el amor comienza a patinar.

A esta sensación de sosiego y tranquilidad afectiva la llamamos confianza básica, y solo se puede alcanzar cuando se cumplen estos cuatro criterios fundamentales: estarás ahí cuando te necesite, me protegerás cuando sea necesario hacerlo, serás sincero en lo fundamental, nunca, y bajo ninguna circunstancia, me harás daño intencionalmente.

Un compromiso de lealtad afectiva gira alrededor de estos elementos, los cuales suelen ser tácitos, no negociables y ni siquiera discutibles. Cuatro “sí”, en vez de uno. Cuando alguno de ellos no se cumple, estamos “durmiendo con el enemigo”. La otra persona queda con la idea de persecución, genera temor específico a esa sola persona, fobia social, pánico, ansiedad, lo que después lo lleva a la depresión y/o sed de venganza y puede comenzar a ideas psicóticas. Por lo tanto es un problema individual y social que genera un trastorno en la persona y en su entorno.
Cuatro ejes fundamentales se necesitan en una relación para que sea sana y haya confianza. Si una de ellas falta, siempre se congelará hasta llegar a hechos como el escándalo, la infidelidad o un rompimiento.

PUNTOS DE VISTA
Sandra Lagos: No estoy de acuerdo porque hay que respetar a las personas, se debe tener educación.

Alexandra Villa: Yo dejaría a ese hombre a ella, que se quede con ella porque si esta con otra es porque ya no le sirvo.

Jorge Quintero: Esos problemas no se arreglan en la calle si no en la casa, eso estuvo mal, ante todo la decencia.

Oreste Peñalbert: Esos casos siempre se deben resolver con inteligencia, lo que hizo esa mujer es bajo, se debió arreglar todo de la mejor manera.

Por Tatiana Orozco Mazzilli
Tatiana.orozco@elpilon.com.co

 

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