Cuando en 1999 las balas asesinas segaron la vida de José Luis Gutiérrez Zabaleta, el corregimiento de Badillo se vistió de luto. Y el fútbol también, porque uno de sus baluartes murió y quedó debiendo muchos goles y gambetas.
Al año siguiente, no dudaron en ponerle su nombre a la cancha del pueblo, escenario en donde los nuevos talentos comienzan a forjarse, incluso, los ‘rodillones’ lo toman como su principal espacio para no quedarse en ‘fuera de lugar’ en el tiempo libre.
Aquellos cultivadores de arroz encuentran en la redonda un pretexto para oxigenar una jornada laborar y hacerle un gol a los recuerdos violentos que aún perduran entre algunos.
Hace cuatro años nació el equipo Badillo Fútbol Club, conformado precisamente por campesinos y cultivadores de arroz, tal vez la principal fuente agrícola y laboral de ese sector del municipio de Valledupar.
Pero no solo agricultores conforman la plantilla, también lo integran mineros, vigilantes y profesionales que laboran en la capital del Cesar. Así lo reconoce su entrenador Carlos Gutiérrez Zabaleta, quien tiene antecedentes en equipos como De Pies a Cabeza.
“Badillo Fútbol Club Nació hace cuatro años, pero acá este deporte siempre ha estado vivo, pese a que nos tocaron años difíciles de violencia, en el 2001 nos asesinaron a dos jugadores y eso fue traumático, sin embargo, aquí nunca dejamos de jugar. Dos muchachos que volvieron de Venezuela después de 12 años, también juegan en nuestro equipo. Llevamos dos años participando en el Juegos Comunitarios, un evento que sirve para integrarnos y reencontrarnos con viejos amigos, hemos jugado dos finales y hemos logrado un título y eso es importante”, recordó el entrenador.
Explicó además que “siempre hemos hecho parte de los torneos corregimentales que se van rotando en La Vega, Patillal y Badillo, nuestro equipo vive del aporte de cada uno de sus jugadores, a veces hacemos bailes para recoger fondo”.
El fútbol en Badillo es una pasión que envuelve también a las nuevas generaciones. “Nosotros también tenemos equipos en las categorías abierta e infantil, incluso hay cuatro muchachitos en el Club Real Sociedad de Valledupar que viajan todos los días”, puntualizó el entrenador.
Nibaldo Bustamante/EL PILÓN