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Azotados por la migración de delincuentes

De acuerdo con los últimos datos presentados por Migración Colombia, la población venezolana que habita en nuestro país ha tenido una leve reducción; desde el inicio de la cuarentena retornaron a Venezuela más de 95.000 voluntarios, ingresando por las zonas fronterizas de los departamentos del Cesar, La Guajira y Norte de Santander. Se conoce que a la fecha existen más de 40.000 nuevas solicitudes tramitadas por extranjeros a la entidad migratoria, para poder regresar a su país de origen.

El trabajo que realiza Migración Colombia para evaluar salidas, permisos; y para determinar las causales de expulsión y deportación de extranjeros, se rige bajo la Resolución 5797 de 2017 y el Decreto 1067 de 2015 expedidos por el Ministerio de Relaciones Exteriores; instrumentos que le permiten al Estado preservar el orden territorial, con el objeto de mantener el respeto por la dignidad humana de nacionales y extranjeros.

Estudios recientes realizados por diferentes universidades de Colombia, demuestran que no se presenta relación alguna entre la migración existente, y el aumento de los índices de inseguridad en el país. Sin embargo, los nuevos reportes policiales a nivel nacional, revelan la amenaza actual generada por bandas delincuenciales extranjeras especializadas en delitos por hurto, homicidio, extorsión, microtráfico y prostitución; situación que ha prendido las alarmas de las autoridades ante los sucesos registrados en distintas ciudades, donde Valledupar no escapa del problema.

Todo parece indicar que las bandas delincuenciales procedentes del vecino país, penetraron en Colombia generando un ambiente de intranquilidad en la ciudadanía; dejando como resultado un alto índice de muertes violentas, conflictos y disputas por negocios ilícitos; escenario que ha venido afectando a más de siete ciudades capitales del país, en su mayoría localizadas en la región Caribe.  

Importantes estrategias de seguridad ciudadana han sido implementadas recientemente por parte de la fuerza pública, arrojando como resultado la desarticulación de bandas delincuenciales, dirigidas por extranjeros que intimidan a los ciudadanos con armas sofisticadas, dificultad que comienzan a ser una amenaza para Colombia. Estos grupos estructurados que llegan de manera irregular al país, ingresan por más de doscientas trochas que se desprenden de los 2219 km de la frontera compartida con Venezuela; pasos que son controlados por la delincuencia.

Es indispensable que las instituciones del Estado que velan por el orden público, trabajen de manera articulada con las entidades territoriales y establezcan  compromisos precisos en la toma de decisiones que conlleven con la expulsión de ciudadanos de otros países que violen la ley colombiana por malos comportamientos; también se hace necesario se fortalezcan los canales de denuncias que permitan recopilar el material probatorio para que se determine ordenar captura y posteriormente cárcel para los delincuentes extranjeros que cometan delitos graves y alteren la convivencia ciudadana en el país, pagando su condena en Colombia.

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Carlos Andres Cotes Maya: