Por: NURIS ESTHER PARDO CONRADO
La verdad es que desconocía la existencia de una entidad compuesta por los amigos del viejo Valledupar, denominada por ello AVIVA, supe de ella cuándo menos lo esperaba, cualquier día de estos muy calurosos, me tope por gracia con unas pequeñas vallas instalada en la plaza Alfonso López y en sus alrededores, donde se publican unas muy bellas fotos de casas, sitios emblemáticos y lugares especiales de nuestra ciudad
Me llamó tanto la atención el hecho, que resolví aplazar la diligencia programada, dedicándome a observar la exposición callejera de fotografías que esa organización cívica ha publicado, los que conocí en tiempos de niña y que corrí por ellos, pero con todo y los años vividos no he olvidado; eso es lo que necesitamos, que nos ayuden a recobrar la vallenatía, donde cada uno de nosotros nos veamos reflejados comunitariamente, que nos lleguen más allá de la materialidad, que traspasen el sentimiento de cada cual, que queden grabadas en el alma para darnos la oportunidad de ser dueño, amo, señores de esta ciudad que tanto se lo merece, hoy creo no hay quien no esté conforme, alegre y lleno de contento por ver a la señorial ciudad con sus construcciones republicanas que poco a poco han ido desapareciendo al antojo de cada quien y sin ningún control de autoridad, solo con personas como las que integran o componen aviva se resuelven hacer historia y conservar reliquias.
Eso equivale a civismo y compromiso, que da origen a que se implemente una oficina para preservar nuestros recursos históricos que aunque muchos están a la deriva y en manos de personas prestas a entregarlos para ese museo que todos esperamos tener a futuro.
El futuro hay que construirlo en el pasado pero quienes quieren abanderarse de ellos requieren de patrocinios y esfuerzos de las administraciones. Desconozco si las administraciones municipales y departamentales colaboran en dicho propósito, por que vale la pena intentarlo, más aún cuando nuestras experiencias son tantas y los lugares muchos. Huérfanos hasta hace poco cuando aviva se interesó por ello.
Cuanto nos gustaría que los registros fotográficos del mejor fotógrafo que ha tenido Valledupar, el maestro Martínez, las caricaturas del maestro Jaime Molina, los escritos del doctor Martínez Zuleta, los cuentos de Kuinqui, los relatos de Wicho Sánchez, así como las anécdotas varias de nuestro querido Valle de Upar se pudieran conocer, porque hoy disgregadas en todos los sectores no constituyen un verdadero repertorio de la esencia que nos corresponde.
Como nos duele que AVIVA no hubiese existido, al momento en que destruyó la torre seis del hospital Rosario Pumarejo de López donde funciona la Secretaria de Salud, cuando sin respetar sus rasgos arquitectónico echaron en tierra el esfuerzo de ilustres maestros de la construcción que llegaron a Valledupar para 1930, igualmente las viejas casas del barrio Cañaguate y la Guajira que relataban las formas en que los nativos levantaban sus viviendas.
Valledupar no es solamente canto, muchas cosas más le adornan, por lo que considero que la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, debe contribuir en algo para que nuestro acervo y rasgos pasados conformen el Valledupar que nos gusta ver y que fue esencia de lo que hoy observamos. Felicito aviva por que están haciendo patria con su acción, gracias por todo, que Valledupar se los agradece.
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