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Avances y retos en las relaciones entre Colombia y Venezuela

Una de las grandes sorpresas positivas que le ha dado el gobierno del Presidente Juan Manuel Santos al país, en materia de la política exterior, ha sido el manejo dado a las relaciones con Venezuela, sobre las cuales existían muchas prevenciones, teniendo en cuenta la forma en que terminaron las relaciones Chávez Frías- Uribe Vélez.
Existía mucha prevención, por muchas razones, tanto en Caracas como en Bogotá, teniendo en cuenta el lenguaje agresivo que había caracterizado a Santos como Ministro y a Chávez para referirse al actual presidente, al que no bajaba de “representante de la oligarquía bogotana”, en un tono peyorativo y grosero. La animadversión de Santos también era conocida…
Pero, sorpresas de da la vida…, el Presidente, Juan Manuel Santos, ha sabido manejar con guante de seda, en las manos de su elegante, inteligente y simpática Ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín, el temperamento del particular ex coronel, Hugo Rafael Chávez Frías.
Es necesario recordar que tanto a Álvaro Uribe Vélez, como al propio Andrés Pastrana, a pesar de su estilo diplomático, les había tocado, en más de una ocasión, endurecer su posición frente al Presidente del vecino país, ante las polémicas posiciones de este último frente al conflicto en nuestro país, y en particular ante actores como las FARC y el ELN, que operan en la vasta geografía fronteriza y –según se ha conocido- muchas veces se pasan al vecino país, como también sucedía con Ecuador, hasta hace poco.
Es un avance muy importante ese mejor trato entre ambos presidentes, a pesar de las presiones internas y externas, tanto en Caracas, como en Bogotá.
Otro avance importante es que se logró restablecer el comercio entre ambos países, luego del bloqueo unilateral de Chávez a mediados del año antepasado, en una de sus conocidas salidas emotivas. Hoy el comercio se mantiene, aunque sea en una cuarta parte del que existía en 2008, pero se mantiene.  En efecto, en ese año se alcanzó unas exportaciones de Colombia a Venezuela superiores a los seis mil millones de dólares anuales y hoy – a duras penas- se llega a los mil cuatrocientos millones de dólares.
En esta última reunión, del pasado fin de semana, los dos presidentes firmaron diez y seis acuerdos relacionados con temas de frontera, seguridad, lucha contra el terrorismo, narcotráfico, economía, etc., que servirán para seguir afianzando unas relaciones que tienen que ser mejores cada día, institucionales, cordiales y respetuosas de la libre determinación de los pueblos.
Lograr un acuerdo comercial bilateral, que sirva para compensar la salida de Venezuela del Pacto Andino, es un buen instrumento, también, para el comercio entre estas dos naciones y principalmente para el lado nuestro.
No obstante todo lo anterior, aún quedan muchos retos por superar en estas relaciones que son un proceso en construcción y que esperamos sigan por buen camino de manera indefinida.
El objetivo tiene que seguir siendo despersonalizar las relaciones entre dos países unidos por la geografía, la historia, la economía y la idiosincrasia común, en mucha parte de sus fronteras. Se trata de un tema institucional e internacional.
En este sentido, hay que fortalecer las relaciones entre los sectores empresarial, académicos, inclusive entre los mismos medios de comunicación deberían existir unas relaciones más cordiales.
Adicionalmente, hay que insistir ante las autoridades del vecino país en la necesidad de honrar cumplidamente sus compromisos comerciales, para volver a restablecer la confianza que debe caracterizar los negocios.
Aunque el balance es positivo, son muchos los retos que tienen ambos países por mejorar sus relaciones exteriores, con un criterio integral, que tenga en cuenta los intereses de ambos pueblos, y principalmente los de las personas que habitan a lado y lado de las fronteras, como es el caso del Cesar y la Guajira. Esperamos que la prudencia y el buen tino sigan marcando la pauta en la evolución de las mismas.

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