Por Hernán Maestre Martínez
Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y Conservemos las cuencas de los ríos Guatapuri y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse Los Besotes sea una realidad, es agua para vida en Valledupar, La Paz y San Diego.
Río+20 no fue ni la sombra del evento que conmemoraba: la Cumbre de la Tierra de 1992. Esta nueva conferencia mundial trajo muy pocas cosas nuevas y compromisos mínimos, mientras que la Cumbre realizada hace 20 años significó un avance conceptual muy importante, que sentó las bases y principios de una gestión ambiental sostenible (Declaración de Principios sobre Medio Ambiente y Desarrollo, la Convención sobre Biodiversidad, la Convención Marco sobre Cambio Climático, la Agenda 21 – el programa para el siglo XXI) y la Declaración de Bosques que buscaban dar respuestas a los problemas ambientales globales. Por ejemplo, atrás quedaron los documentos jurídicos vinculantes, como las Convenciones y los tratados que caracterizaron a Río 92. Por el contrario los resultados arrojados por Río+20 carecen de metas y acciones concretas para responder a los grandes desafíos ambientales actuales.
En materia de la gobernanza ambiental global, que es el tema central de este artículo, se acordaron tímidamente algunos puntos. Cabe señalar que la inclusión de los mismos costó mucho esfuerzo a las redes de organizaciones de la sociedad civil que trabajan por una mejor gobernanza ambiental global, y por la garantía de los derechos de acceso a la información, la participación y el acceso a la justicia en materia ambiental.
La gobernanza ambiental global se refiere a las reglas, las instituciones y los mecanismos que gobiernan la gestión de la base biogeofisica del planeta. Al respecto, se esperaba que Río+20 produjera acuerdos para instituir los mecanismos adecuados para que, por ejemplo, se evite la constante depredación de los mares, el deterioro de la atmosfera y revertir la crisis de extinción de especies, entre los muchos graves problemas que afectan a la biosfera. Pero, desafortunadamente, muchos gobiernos no mostraron disposición para llegar a acuerdos o acciones concretas, o aprobar nuevas reglas y convenciones que contribuyan a resolver pacíficamente los grandes problemas que generan, por ejemplo, las disputas por recursos.