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Aún tienen tiempo

En medio de notas melodiosas de un acordeón, se registra una noticia que debería tener preocupada a la dirigencia del departamento del Cesar. El hecho de que 122 mil niños de 24 municipios cesarenses no tengan resuelto hoy el asunto de la alimentación escolar es sumamente alarmante.

Suficiente ilustración se ha tenido sobre la crisis del Programa de Educación Escolar –PAE- (contratistas ineficaces y corruptos, interventorías regulares y administraciones permisivas), pero al final lo que realmente importa es que los niños reciban en sus colegios públicos la comida que necesitan para no desertar de la escuela.

Cuando se incrementó la deserción escolar en todo el país, que en el Cesar estaba por encima de la media nacional, se encontró en la gratuidad educativa la tabla de salvación para que los menores no se quedaran sin estudiar. Esa estrategia incluía la alimentación en los colegios, teniendo en cuenta que muchas veces los estudiantes llegaban sin desayuno a las aulas de clases.

Hoy el Cesar no tiene asegurada la alimentación, el contrato firmado en enero vence hoy; es decir, hoy no habrá alimentación para 122.173 menores. El gobierno departamental informó ayer que “En el Cesar, el Programa de Alimentación Escolar, PAE, tendrá que suspenderse como resultado de la renuencia del Ministerio de Educación a girar los recursos que le corresponden para el sostenimiento del programa en lo que resta del año”. Este es un programa desfinanciado que tendrá que resolverse pronto y aunque los gobernantes ahora están entre la espada y la pared, a punto que pidieron al Ministerio de Educación que maneje esta contratación, no le pueden dar más largas a este asunto que perjudica a los niños.

No se puede jugar de esta manera con la salud de los estudiantes vulnerables, la Ministra de Educación, Gina Parody; el gobernador Francisco Ovalle, y los alcaldes de los 24 municipios del Cesar tendrán que resolver el problema. Ya es un hecho la terminación del contrato con la Fundación Acción Social Integral y muy certeramente lo dice el gobierno departamental en una circular: “Así las cosas, para la administración departamental es imposible seguir garantizando la prestación del servicio de alimentación escolar lo que resta de la vigencia 2016  debido al desfinanciamiento acontecido; a ello se le suma la renuncia a cualquier modificación de tipo administrativo por parte del operador contratado por el departamento, que permita la continuidad inmediata del programa, aludiendo falta de infraestructura”.

Apenas van 68 días de clases, en cuatro meses, restan siete meses del año lectivo. Están a tiempo para resolver la situación, los niños lo agradecerán.

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