Alrededor de las 7:00 de la mañana del 23 de abril del 2004, la niña Silvia Carolina, hija del periodista de Radio Guatapurí, Enrique Camargo Plata, fue recogida en su casa por una vecina en un Renault 18, blanco, con placas BBC 670, para dirigirse a su colegio.
El auto era conducido por Leonor García, quien iba acompañada de Luz Marina Estrada González, de 42 años, quien ocupaba el cargo de asesora jurídica en la Penitenciaria de Alta y Mediana Seguridad de Valledupar, conocida como la ‘Tramacua’.
Luego de varios minutos de camino, cuando García hacía la escuadra en la avenida Juventud, cerca del coliseo cubierto Julio Monsalvo Castilla, para dirigirse a la estación de bomberos de Valledupar, donde diariamente Luz Marina tomaba un bus para dirigirse hacia su lugar de trabajo, fueron interceptadas por sujetos en moto, quienes dispararon en repetidas ocasiones causándole la muerte de inmediato a la funcionaria del Inpec.
En el violento hecho fue herida Silvia Carolina Camargo Vega, quien pronto cumpliría tres años de edad. La menor recibió un disparo de una pistola nueve milímetros que le afectó varios órganos, el esternón, le rozó el corazón, el pulmón, el estómago, el hígado y le salió por la espalda. Así lo confirmó Camargo Plata.
La niña fue recluida en un hospital local y de ahí remitida a la clínica Valledupar, donde fue intervenida quirúrgicamente por el médico Alberto ‘Tico’ Aroca. Momentos antes Leonor García y la otra pequeña que iba en el vehículo permanecían en pánico al ver el cuerpo sin vida de Luz Marina Estrada González quien recibió varios impactos de bala en la cabeza.
Le seguían el rastro
Días antes de su asesinato, Estrada González, según el director de la Penitenciaría de Máxima y Mediana y Seguridad de Valledupar, Gerardo Buitrago Torrado, habría recibido amenazas de muerte por su trabajo; relacionado con trámites administrativos y judiciales para los internos de la Penitenciaría.
“Lo habíamos notificado a las autoridades competentes: Fiscalía, Procuraduría y Defensoría del Pueblo. Ellos sabían de las amenazas”, manifestó en su momento el funcionario.
Por ello, el homicidio de Nora Martínez Palomino, docente del colegio La Esperanza, quien vivía muy cerca de Luz Marina Estrada, en los alrededores del Coliseo Cubierto Julio Monsalvo Castilla, tendría relación con la persecución de Estrada.
Martínez Palomino sería asesinada por aparente confusión con Luz Marina, por sus rasgos similares, según versión de algunos habitantes del lugar del triste acontecimiento.
Pronunciamiento
El entonces Defensor del Pueblo, Volmar Pérez Ortiz, condenó el asesinato de Luz Marina Estrada, quien también pertenecía a la Red de Promotores de Derechos Humanos que coordina la Defensoría del Pueblo en la capital del Cesar.
Horas después del lamentable episodio el funcionario solicitó a los órganos de investigación del Estado adelantar las diligencias pertinentes para esclarecer los hechos y sancionar a los responsables.
Pérez Ortiz denunció que en la misma ciudad fueron asesinados en el transcurso de dicha semana otro profesor, de nombre Oscar Montero, además de dos comerciantes y dos jóvenes.
Datos actuales
Leonor García se fue para España, y regresó después de un largo tiempo a Valledupar.
Según Enrique Camargo Plata, varias personas fueron capturadas por el homicidio de Luz Marina Estrada González, pero no se tienen detalles sobre los mismos. La hija de la abogada asesinada, quien convivía con ella en la urbanización Villa Sandra en Valledupar, se trasladó para otra ciudad.
En noviembre del 2013,en una emisión de noticias John Jairo Hernández Sánchez,alias ‘Daniel Centella’, ex paramilitar y desmovilizado del Bloque Norte de las AUC, quien está recluido en la Penitenciaria de Alta y Mediana Seguridad de Valledupar, donde está siendo procesado por varios delitos, “reconoció el hecho y pidió perdón” aseguró Camargo Plata.
El poder de ‘Centella’
El reconocido paramilitar Alias Centella, al parecer, tuvo el control de las zonas de Callao, Nuevo Mundo, Los Ceibotes y los corregimientos de Valledupar, como: Valencia de Jesús, Mariangola, Aguas Blancas y Pueblo Bello.
En el 2009 fue condenado a 98 meses de prisión, lo que equivale a 8 años de cárcel, por el asesinato de Olger Jair Fuente Quiroz,quien, según expedientes de la Fiscalía,fue encontrado por miembros de la Sijín, en la vía que de Valledupar conduce al corregimiento de Valencia de Jesús en la entrada a la trocha El Sol, en inmediaciones del puente Callao, el 12 de junio de 2004.
Así mismo y según sentencia de 25 de marzo de 2010, el Juzgado Penal del Circuito Especializado de Valledupar lo condenó a 32 años y seis meses de prisión por la muerte del profesor kankuamo, Óscar Enrique Montero Arias, quien el 14 de abril de 2004, se desplazaba en su bicicleta a la región de Callao, en la vía entre la capital del Cesar y el pueblo de Valencia de Jesús, a dictar clases en una escuela veredal.
Sin embargo y pese a reconocer su culpabilidad en un medio de comunicación local por la muerte de Luz Marina Estrada todavía no se conoce condena por este hecho.
Por Merlin Duarte García/El Pilón
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