Distinto de lo que han expresado varios analistas durante el fin de semana, en el sentido de que el presidente de la República tomó una decisión audaz el jueves pasado en el marco del Congreso Nacional de Ganaderos, al invitar a José Félix Lafaurie, presidente de Fedegan, para que forme parte de la mesa de negociación de los acuerdos de paz con la guerrilla del ELN, considero que la audacia más bien fue de Lafaurie por haber aceptado de manera inmediata y sin pensarlo dos veces, sin temer las dificultades o el riesgo que implica dicha decisión: “El sector ganadero no puede negarse a una solicitud como la que hizo el presidente con mucha generosidad”.
Sobretodo que la audacia es dialogar para llegar a acuerdos con un grupo de personas con las cuales nunca ha unido siquiera una vocal con una consonante para compartir palabra, porque no es un secreto que jamás han coincidido en absolutamente nada.
Que Otty Patiño, María José Pizarro y el senador Iván Cepeda integren la comisión negociadora del gobierno no le causa sorpresas a nadie, sabiendo que se trata de personas con las cuales esa guerrilla comparte ideología o tienen los mismos ideales de justicia social que siempre han pregonado, independiente de que el accionar violento del grupo guerrillero haya demostrado otra cosa.
Pero que al grupo del gobierno se incluya a Lafaurie, es tener al frente a la contraparte ideológica con quien habrá que negociar la construcción de esa paz total, con el que piensa distinto a ellos. No será fácil.
Nadie duda de que las negociaciones llevarán mucho tiempo, pero tampoco hay duda de que el presidente Petro quiere terminar su gobierno habiendo logrado todos esos acuerdos que también incluya a disidencias de las Farc, y bandas criminales como la llamada oficina de Envigado y el clan del Golfo. Habrá que ver.
En todo caso, incluir a Lafaurie es reconocer que la tierra y la ganadería son temas fundamentales para la negociación de la paz; y nadie puede ser mejor para tener esa vocería que el líder de los ganaderos porque los conoce como la palma de la mano.
Así está demostrado en las publicaciones institucionales de Fedegan donde están plasmadas las luchas del sector a su cargo en los planos político, económico y social.
En este aspecto cabe mencionar, entre otras publicaciones, La verdad de las Víctimas Ganaderas; El Pensamiento Económico y Social de Fedegan; Acabar con el olvido; No nacimos ayer; y también Desde el cuarto de al lado, en el cual se expone el tema de la ganadería colombiana en los tratados de libre comercio suscritos por los gobiernos pasados.
De otra parte, por conocer como conozco a José Félix Lafaurie desde varios años puedo decir que se trata de una persona que tiene el carácter para decir lo que piensa de manera directa, sin mandarlo a decir con nadie, sin pedir permiso, pero de manera decente, porque respeta al interlocutor. Y eso es importante en este proceso de negociación porque así sabrán a qué atenerse con Lafaurie.
Su amplia experiencia como servidor público y líder gremial le dan las credenciales suficientes para sentarse a exponer los temas que conoce sin dudar de lo que dice, porque solo habla de lo que está seguro para acertar. Su formación de ingeniero le ha dado los elementos básicos para hablar con prudencia y actuar con estrategia.
A partir de su trayectoria en Fedegan defendiendo los intereses de los ganaderos ha consolidado las condiciones de líder que serán fundamentales para lograr los acuerdos que necesita el país y el compromiso para que se cumplan.
Tengo la certeza de que José Félix Lafaurie no llegará a esa mesa de negociaciones con la actitud de palo en la rueda o de piedra en el zapato, por el contrario, ya lo debe tener concebido como un reto para quedar escrito en la historia como uno de los constructores que aportó de manera significativa a la paz total.
Y como dijo el filósofo de La Junta: Se las dejo ahí... @LColmenaresR