Ya es normal señalar el grado de delincuencia en la ciudad como un mal mayor, aunque lo más presente es el atraco para robar dinero, alguna pertenencia o el celular, y otras veces el robo de establecimientos y viviendas.
Últimamente la extorsión suele convertirse en modalidad de amenaza a comerciantes y dueños de finca, pero lo que acabamos de vivir en la carrera novena cerca de la Estación de Policía es un escalofriante nivel de violencia, con la cara del narcotráfico y sus redes en la ciudad.
El fenómeno se presenta porque esta ya es una metrópoli de la provincia de más de medio millón de habitantes y es centro regional de servicios, encuentros y negocios. En sitios de Valledupar y sus afueras se hacen también negocios de drogas, se diseñan rutas y se abre paso la mercancía que sale por La Guajira o Venezuela al mercado internacional. No se les puede atribuir solo el origen delincuencial a los reclusos de la Cárcel de Alta Seguridad, La Tramacúa.
Un elemento de atracción adicional que tiene este lugar es que su bella y folclórica música atrae todo tipo de personas a Valledupar. Gente buena y pacífica en su gran mayoría, pero también representa sus cantos y melodías y algunos sobresalientes músicos, un panal para las abejas del narcotráfico y la fauna que la acompaña. Generalmente motorizada en carros de alta gama, con blindajes resaltables y en una demostración de arribismo, exhibicionismo y valores trastocados.
Si se analiza el tipo de armas (tipo fusil 5.56), la capacidad y organización de los delincuentes del atentado, queda claro que no se trata de delincuencia común, sino de poderosas estructuras criminales.
Y así lo han confirmado las autoridades que ayer realizaron un Consejo de Seguridad a raíz del asesinato de dos hombres con armas de largo alcance. Se anunciaron medidas como la realización de un ‘plan candado’, mayores controles a los vehículos de alta gama. Las consabidas medidas del ‘día después’. No está mal pero ya el daño está hecho en la percepción de inseguridad.
“Vamos a salir a trabajar en busca de resultados”, señaló el alcalde de Valledupar, Ernesto Orozco, que apenas inicia y ya encuentra un polvorín del que no tuvo culpa, y que responde a estructuras que lo rebasan, a pesar de los esfuerzos que pueda hacer. Y que va y debe hacer como primer jefe de la Policía del municipio, tarea en la que lo respaldamos, junto a la ciudadanía, ojalá no solo palabra sino con denuncia y colaboración.
“Es un acto de bandas organizadas. Hay indicios importantes“, agregó el alcalde.
“Vamos a desplegar todas las labores en materia de policía judicial, y la Fiscalía General. También vamos a trabajar de manera conjunta con el Ejército Nacional. Habrá controles fuertes sobre vehículos de alta gama en diferentes horarios y sitios públicos“, aseveró ayer la comandancia local de la policía.
Varios días atrás el Director General de la Policía Nacional, Willian Salamanca, al visitar el edificio de la Policía Metropolitana dijo que vendrían muy pocos efectivos, bajándonos de la nube; cuando este atentado por su contexto, actores, móvil y origen tiene marca: “Es metropolitano y regional”.