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Ataques a la transparencia de un festival (II)

En mi columna anterior expliqué con detalles lo que ocurrió en el Festival de Canciones Samuel Martínez de La Loma y el cual presidí como representante legal de la fundación que lo organiza. El día 16 de julio en horas de la mañana atendí una entrevista de Radio Guatapurí y allí también expliqué los hechos a los periodistas que me abordaron, sin embargo al terminar la entrevista y cuando ya no podía defenderme al aire, el director de la emisora señor Andrés Molina realizó algunos comentarios groseros y desobligantes en mi contra, que vale la pena hoy analizar aquí, porque no creo que me abra el micrófono de la emisora nuevamente, si no fue capaz de decírmelo de frente en la misma entrevista.

Dijo el seudoperiodista:  “Me parece todo esto un espectáculo bochornoso, vergonzoso, sobre todo porque Jorge Nain Ruiz ha sido uno de los más críticos de los festivales acá en toda la región y ha sido uno de los mayores críticos del festival vallenato, le ha hecho todo tipo de crítica al tema de los jurados, al tema de la politización, pero ver además que en el festival de La Loma se tenga que montar el alcalde que no tiene nada que ver con el tema de la cultura a decir que él es el garante del concurso muestra que el festival estuvo mal organizado de cabo a rabo, me parece que es absolutamente vergonzoso lo que pasó en La Loma, me parece que queda muy mal el señor Jorge Nain Ruiz y toda su organización de este festival. … fíjese hoy le toca a Jorge Nain Ruiz comerse sus palabras”.  

En ese discurso barato del señor Molina, secundado y aplaudido por sus empleados y compañeros de cabina, se nota a leguas que respira por la herida, ni disimuló al endilgarme al aire que he sido crítico del festival vallenato y que añoraba que, en un festival organizado por mí, hubiese alguna falla, decir que me tocó comerme mis palabras no es coherente en el discurso. No señor director, no me he comido mis palabras, porque en el Festival de La Loma nadie ha dicho que yo le he pedido dádivas, ni que he favorecido a algún participante, ni jamás podrán decir que he recibido algún beneficio económico, ni de ninguna otra índole, solo he puesto mi fuerza de trabajo y mis conocimientos en este evento, aunque como humano también pueda cometer errores.

Ahora bien, qué triste que un abogado como usted diga en su emisora que un alcalde no tiene nada que ver con la cultura, extraña afirmación, por decir lo menos. En Valledupar he visto a muchos alcaldes en tarima de la plaza y hasta en el Parque La Leyenda.

Dejemos ya a ese señor quieto y volvamos a hablar de la transparencia en los festivales. Lo que sí me quedó claro en este experimento de hacer un festival transparente y alejado de la corrupción es que los actores principales de estos eventos no van a permitir fácilmente que les maten la gallina de los huevos de oro con este invento. Aquí la mejor manera de atacar que tiene el corrupto es tildar a todo el mundo de lo mismo y tratar de sobornar, intimidar y amenazar a organizadores que no se prestan a sus mañas delincuenciales.  Pero no hay que tirar la toalla.

Colofón: yo prefiero lo que ocurrió en La Loma que el premio de la categoría profesional se lo hayan repartido los 6 finalistas y no que se lo repartan entre concursantes, jurados y organizadores, como sé que ocurre en muchos festivales.  

Por: Jorge Nain Ruiz Ditta

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