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Así somos las mujeres

Por: Lic. Librada Nieto de Torres

El escritor Alemán Johann Wolfgang Von Goethe, manifestaba: “Un hombre de noble corazón irá muy lejos si es guiado por la palabra gentil de una Mujer”. Este pensamiento lo retomo en “el Día Internacional de la Mujer”, porque los hombres necesitan de una Mujer que tenga fé en Dios, que sea integra, que inspire confianza y que posea grandes valores para ayudar a hacer realidad el proyecto de vida de la familia con gran amor y pasión.
La mujer como una estrella de amor es la luz que resplandece en cada hogar y en el trabajo, es símbolo de maduración de la amistad, es precursora de igualdad y libertad; ama desde el punto más alto que puede alcanzar; la ley de oro de ella es amar al ser humano porque así se ama a sí misma y en el fluctuar entre la esperanza y el temor flota una especial felicidad.
El poder que tiene la Mujer es el amor, la perseverancia, la persistencia, por eso se sacrifica desafiando los retos, los conflictos, las tristezas que la embargan como hecho fundamental de la esencia de su existencia, así algunas veces no vea los auténticos errores en los seres amados que la rodean. Ella es una heroína en el amor, en la lucha permanente, en esos caminos duros y escarpados de la vida, no permite que despedacen sus sueños convirtiéndolos en un jardín de hojarascas porque su corazón vibra y se agita sin dejarse sepultar.
Ella vive del amor, porque necesita sinceridad, tiene la valentía de aceptarse como es, aceptando a los otros como son y aunque nadie ha visto el amor ella nota su presencia en los hijos, en su pareja, en el viento, en el mar, en los árboles, en el sol, en la música, en la fé y en la gratitud hacia Dios.
En todos los ámbitos la Mujer debe ser auténtica, exitosa, reconoce sus virtudes y defectos, no manipula a los otros, se respeta a sí misma, se preocupa por levantar su autoestima para vivir en armonía con ella misma y con los demás. De una mujer buena y amorosa muchas actividades buenas se aprenden porque es constructora de ciencia, de cultura, de paz, de moral, de perdón y fraternidad.

Desde sus comienzos la Mujer ha sido musa de inspiración, por eso toda la literatura está impregnada del olor femenino, de los besos, de la alegría cotidiana, de la existencia vista con ojos y sobre todo con alma femenil. Tuvo que pasar inadvertida y vivir escondida porque la sociedad no la aceptó dentro de sus realidades y la mandó a una especie de inquisición y de hoguera en las que se quemaban las supuestas faltas, de ahí, que el poder de la Mujer para decir sus palabras, para cantar sus acciones épicas, para soñar con realidades hermosas, tuvo que hacerlo bajo la máscara del seudónimo masculino.
Nada hay que revele más claramente la educación de una Mujer que su conversación, la cual debe estar animada de un espíritu de benevolencia y consideración hacia todas las personas; de ahí que la dulzura de la voz en la Mujer es no sólo muestra de buena educación sino un atractivo poderoso y casi peculiar de nuestro sexo.
Feliz y exitosa es la Mujer cuando está llena de fé en Dios, en sí misma y en los demás, irradian energía positiva aunque hayan recorrido caminos de dificultades, siempre encontrarán solución, sembrando huellas positivas que jamás se olvidarán; se caracterizan por saber perdonar, por la alegría de dar las gracias que es el secreto fundamental de admitir que necesitan de los demás, reconociendo la gran labor de los otros.
¡BENDICIONES Y FELICITACIONES A TODAS LAS MUJERES EN NUESTRO DÍA!

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