De acuerdo con el artículo 29 de la Ley 2056 que regula la organización y el funcionamiento del Sistema General de Regalías, los proyectos deben estar en concordancia con el Plan Nacional de Desarrollo y los planes de desarrollo de las entidades territoriales, además de cumplir con el principio de Buen Gobierno y las características de “pertinencia, viabilidad, sostenibilidad, impacto, articulación con planes y políticas, y mejoramiento”.
Pero llama la atención un secreto a voces que recorre a lo largo y ancho del departamento de La Guajira, relacionado con la distribución discrecional de recursos de regalías que hizo el exgobernador Nemesio Roys Garzón, una vez que tuvo conocimiento de la nulidad de su elección, y mientras seguía ejerciendo sus derechos de aclaración y adición de la sentencia hasta quedar ejecutoriada, y unos días más.
En menos de un mes distribuyó mas de $300 mil millones a varios municipios, para invertirlos en obras que preocupan por el impacto social, deficiente planeación y pertinencia de su inversión que en la practica no resuelven los principales problemas de salud, educación, hambre y sed que padece La Guajira, donde el 53,33 % de la población tiene sus necesidades básicas insatisfechas, el 30,56 % vive en la miseria, pobreza multidimensional de 48,8 % y una pobreza monetaria del 61,8%. Esas son cifras del DANE.
¡Es lo mismo que ponerse ropa nueva con hambre y sin haber aseado el cuerpo! No creo que así sea como enseñan planeación en Harvard, ni que tampoco sea la forma como se hace planeación en el Departamento de la Prosperidad Social. ¿O será que la fama es solo humo?
No hay información publicada para saber cómo fue que concibieron los proyectos el exgobernador, sus asesores y los alcaldes que recibirán los recursos. Y espero que esas obras no terminen en los expedientes de los órganos de control y judiciales, con una cantidad de gente rindiendo testimonio de las decisiones que tomaron, para que al final sea el más bobo el que termine pagando cárcel.
Porque una vez que esta columna sea publicada la remitiré a todos los órganos de control y judiciales con el fin de que sirva como cabeza de las correspondientes investigaciones que se deben llevar a cabo. ¡Quedan advertidos!
Al municipio de Albania asignaron $19 mil millones, para invertir $13 mil millones en un patinódromo en el corregimiento de Porciosa. ¿Y qué pasará con el acueducto de Porciosa o de Albania?
A Dibulla asignaron $40 mil millones para construir un centro deportivo de alto rendimiento en zona rural. ¡Por Dios! En Dibulla nadie se opone a una obra de esa naturaleza, pero ¿por qué no pensaron en el hospital, acueducto o alcantarillado de Dibulla?
Lo de Urumita es olímpico como las dos piscinas que van a construir con los $12 mil millones asignados. ¿Y con qué agua las van a mantener llenas?
Los adornos de Barrancas se llevarán a cabo con $27 mil millones para construir parques, monumentos y bordillos. ¿Y el servicio de acueducto? Para San Juan del Cesar son $30 mil millones para parques, ornamentos y modificar el marco de la plaza que dañará ese patrimonio. ¿Esa es la principal necesidad de los sanjuaneros y corregimientos de ese municipio?
En Distracción van a construir una “cancha sintética” para jugar fútbol en el corregimiento de La Duda por $11 mil millones. ¡Por Dios exgobernador! ¿Es más importante la cancha que el agua, colegios, o infraestructura en salud?
A ese mismo ritmo supersónico asignó recursos a Maicao, $30 mil millones; a Manaure, $15 mil millones; y a Uribia, $35 mil millones. Y de las mismas características son las inversiones para El Molino, Villanueva, La Jagua del Pilar y Hatonuevo.
Pero llama la atención que a Riohacha, su patria chica, no le van a transferir un solo peso. ¿Será que el alcalde de Riohacha no aceptó algunas condiciones? ¿Cuál es la pertinencia y dónde están los estudios de planeación que orienten esas inversiones? ¿Así es como se aprende planeación en Harvard?
Son muchas las preguntas. Y es posible que todas tengan respuestas pero se las debe estar guardando para los órganos de control junto con los alcaldes.