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Así cambió el PIB del Cesar en 40 años: ¿por qué retrocedió la agricultura? 

En el Cesar se pasó de la agricultura a la minería de carbón.

La Caja de Compensación Familiar del Cesar, Comfacesar, organizó un foro con el objetivo de hacer un balance sobre el pasado, presente y futuro de la economía del departamento. Uno de los economistas invitados fue José Antonio Larrazabal, quien hizo un panorama sobre cómo ha cambiado el comportamiento del PIB del departamento en los últimos 40 años. 

En 1980, reveló el economista, la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca eran el principal motor de la economía del departamento del Cesar, al punto que aportaban el 42 % del Producto Interno Bruto. 42 de cada 100 pesos se producían en el campo.

En segundo lugar aparecían sectores como el comercio, transporte y alojamiento, con un 16 % y las industrias manufactureras con un 10 %. Para entonces, la minería solo significaba el 2,2 % del PIB. Sin embargo, 44 años después la torta cambió. A 2023, según datos del Dane, el 42 % de la economía lo aporta el sector minero, en cabeza de las empresas productoras de carbón; en segundo lugar, la administración pública (14,3 %), mientras que la agricultura aparece rezagada con un 10 %. 

CARBÓN-CAMPO

¿El carbón influyó en el detrimento del campo? Para Larrazabal, el tema es más complejo. “En 1987, el sector agropecuario representaba el 42,8 %, pero desde entonces empieza a decaer. Luego, en 1995, cuando empieza la producción minera, el agro solo aportaba el 25,8 %. El descenso del agro inició antes de que empezara la explotación minera a gran escala”, sostuvo.

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En ese sentido, sostuvo que el descenso estuvo relacionado con la apertura económica que quebró a los productores de algodón y maíz; la violencia que desplazó a miles de personas y factores como el cambio climático.

SIN INDUSTRIA 

Otro cambio preocupante en el PIB del Cesar es el de las industrias manufactureras. En 1980, la industria manufacturera aportaba el 10 % del PIB; actualmente solo representan un marginal 2,3 %.

“Pareciera que nuestra industria es la misma que teníamos hace 30 años, como si no hubiese existido inversión. Hay que hacer algo diferente porque no tenemos industria. La economía, más allá del sector minero, se durmió. Se creó una pereza para tratar de generar valor agregado en términos de producción. No hemos hecho  la tarea”, fue la conclusión de Larrazabal. 

¿QUÉ HACER?

El departamento del Cesar tiene dos retos económicos. El primero consiste en lograr una mayor participación a nivel nacional. Actualmente, los PIB de Bogotá, Antioquia y Valle del Cauca acumulan el 50 % de la producción nacional. Por su lado, el Cesar tiene el 2,6 % de la población y solo alcanza el 2,1 % del PIB nacional, contando que la mayoría lo aporta el carbón. Es decir, la población es mayor a la producción. 

“Teniendo carbón no tenemos una participación superior a nuestra población. Nosotros estamos en los grupos regulares porque tenemos carbón. Sin el mineral, estaríamos en los últimos lugares”, detalló Larrazabal. 

Por eso, el PIB pér capita de Bogotá es de casi $50 millones, mientras que el departamento del Cesar no supera los 23,9 millones, por debajo del promedio nacional (30,1 millones). Y si terminara la producción del carbón, bajaría a $13,9 millones el PIB pér capita, que hace referencia al ingreso promedio de cada ciudadano. 

“Claramente, las cifras demuestran que esta ecuación debe cambiarse porque se seguirá hablando de pobreza y desempleo alto. El chapulín colorado nuestro son los recursos del carbón. Si no hemos hecho la tarea en estos 29 años, tenemos que hacerla bien en estos 30 que quedan, porque sino nadie nos podrá salvar”, agregó el especialista.

PILARES 

En palabras de Larrazabal, el crecimiento económico es el vehículo para la generación de empleo y reducción de la pobreza. Esa solución pasa por crear sinergias entre el sector público nacional, departamental y municipal, junto al sector productivo y la academia. “Si no están todos ellos, no se puede. Pero generar sinergia no es: ‘Nos reunimos mañana y ya’. Es: ‘Nos reunimos mañana y siempre’”. 

De esa sinergia debe salir la construcción de una hoja de ruta, que permita iniciar una agencia de promoción del departamento y Valledupar como capital.   

Igualmente, hay otros factores claves: que desde el departamento se establezca la agenda, y no desde Bogotá; poder acceder a mayores recursos del gasto nacional, más allá de las regalías, y exigir la solución a problemas complejos como los costos de la energía.

Por Deivis Caro – @deiviscaro21

Categories: Económicas
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