La reelección de Donald Trump probablemente pondrá en tela de juicio tres principios básicos que sustentan el modo de vida y la prosperidad de Europa: una economía fuertemente dependiente del comercio transatlántico, una seguridad que depende principalmente de la OTAN y sistemas políticos basados en la democracia liberal y la creencia en la posibilidad de armonía entre las naciones. Esta reflexión no es nueva. Hace varios años, diversos estudios, artículos e informes advierten a la opinión pública europea sobre estos riesgos interrelacionados.
Esas alertas son consecuencia o relacionadas con el ritmo de los éxitos de la extrema derecha que comenzó con la aplastante victoria de Viktor Orbán en las elecciones parlamentarias de Hungría en 2010. ¿Por qué sigue ganando la extrema derecha? ¿Será “la economía, estúpido”, como dijo James Carville durante la campaña presidencial de Bill Clinton en 1992? La idea de que el voto de extrema derecha refleja una protesta de los económicamente “rezagados” es bastante popular.
Donald Trump, por primera vez, ganó la mayoría del voto popular. Llegó a la presidencia de Estados Unidos con grandes cambios a su favor, aumentando su participación entre los votantes primerizos, los votantes jóvenes, los votantes negros y los votantes latinos. Este resultado refleja las tendencias mundiales. Trump y su nueva coalición encabezarán ahora una alianza flexible de gobiernos de extrema derecha desde la India hasta Hungría, Italia, Filipinas, Argentina, los Países Bajos e Israel.
La economía fue el principal motivo de los votantes de Trump en 2024. Los liberales, que se burlan de la “vibecession” (la creencia errónea del público de que la economía está en recesión), dicen que el PIB está creciendo y la inflación es modesta. Pero las cifras principales no reflejan cómo la mayoría de la gente experimenta la economía. Los precios son más altos que antes de la pandemia, sobre todo, en los productos básicos como los alimentos. La deuda de los hogares es un importante factor de estrés. La economía sin duda marcó la decisión de los votantes norteamericanos.
La victoria de Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos hará envalentonar a los nacionalistas y populistas de toda la Unión Europea para buscar más poder e influencia. Las elecciones anticipadas por el canciller socialdemócrata Olaf Scholz para el próximo el 23 de febrero puede ser un momento de clarificación para Alemania.
Existen múltiples causas económicas, sociales, culturales y políticas que explican el actual ascenso de la derecha radical en varios países europeos, es difícil decir cuál es la más importante. La mejor explicación se describe en la crisis de la democracia, hoy más que nunca, parece incapaz de cumplir su promesa teórica. Como resultado, la extrema derecha se beneficia del descontento popular y ofrece a sus seguidores una identidad exclusiva, señala a los culpables (el establishment) y aboga por soluciones simples y expeditas (echar a los extranjeros, derrocar a la clase política). Sobre los efectos de la extrema derecha en el sistema los profesores Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, autores del libro “Cómo mueren las Democracias”, narran que “así como solemos creer que las democracias mueren en manos de hombres armados, así mismo, las democracias pueden fracasar a manos no ya de generales (militares), sino de líderes electos, de presidentes o primeros ministros que subvierten el proceso mismo que los condujo al poder”. Urge detener la erosión de la democracia, tal vez, saldando las cuentas con la historia o entendiendo que la gente reclama esperanza, hay que hacerlo antes de que sea tarde.
POR: LUIS ELQUIS DÍAZ.