“Barranquilla está inundada de arroz blanco, producto que entra de contrabando por Cúcuta y de arroz clasificado que viene desde Estados Unidos; y el nuestro, aunque más barato, lo consideran corriente”, dijo Alberto Guerra, promotor del arroz cesarense en la capital del Atlántico, que agregó que desde hace aproximadamente un mes no vende ni un bulto de arroz en esa ciudad.
El vicepresidente del Comité de Arroceros, seccional Cesar y La Guajira, Joaquín Tomás Ovalle, sentenció que 15 mil hectáreas de cultivos de arroz, sembradas en la región, están a punto de perderse, si de inmediato no se lanza un salvavidas al gremio. Afirmó que la coyuntura es igual a la de los paperos, esa que terminó en movilización y protesta nacional.
“Los molineros de la región no están comprando arroz; la situación es gravísima para más de 400 arroceros, además de la situación en Barranquilla, si usted va al mercado en Valledupar, eso está lleno de contrabando traído de Venezuela”, dijo el líder gremial.
Agregó que el problema es similar al contrabando de gasolina que invade a La Paz, por unas autoridades permisivas.
Este jueves estaba en Barranquilla el bulto de arroz de 50 kilos, e importado, a 86 mil pesos, 3% de grano partido, largo y cristalino; de Valledupar sale un arroz con el 18% de grano partido, a 73 mil pesos el bulto de 45 kilos, pero no se vende. Aseguran los arroceros que no pueden competir con el arroz procesado que viene desde Ecuador, Perú y Estados Unidos, de tal manera que se declaran fuera del mercado.
El molinero Víctor Guerra abrió las puertas de su bodega para este medio de comunicación, con el fin de constatar lo afirmado por el Comité Intergremial; en plena época de corte, cada esquina y rincón del lugar está lleno de bultos de arroz que no sale a la venta porque no se vende. “Estamos terminando la cosecha, de procesarla y si las cosas no se solucionan, los agricultores dejarían de sembrar porque habría que pagarles el kilo de arroz a 800 pesos máximo. El kilo de Padi Verde o el arroz como sale del campo lo pagamos a 920 el kilo”, dijo el molinero.
Los agricultores, como Dairo Daza, en el norte del Cesar y sur de La Guajira, aseguran que no hay responsabilidad con el precio. “Es un sube y baja de los precios, eso es falta de gobierno. El contrabando nos tiene al borde. Tuvimos una reunión con las autoridades policiales, y nos aseguran que decomisan bultos, pero si por Cúcuta entran dos mulas cargadas, entonces los molineros de aquí tienen que parar las compras”, afirmó el agricultor.
El pasado 31 de octubre el gremio arrocero envió una carta al Ministro de Agricultura Rubén Darío Lizarralde, para explicar la situación y pedir audiencia. La carta se envió con copia a los congresistas del Cesar, con respuesta y respaldo hasta la fecha de Juan Manuel Campo, dijeron los arroceros.
El comité de arroceros del Cesar y La Guajira, tiene cita con el gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo para solicitar acompañamiento y vocería ante el ministro Lizarralde, quien se reunirá con los industriales y gremios del campo la semana que viene en Barranquilla. “El problema es general, toda la costa estará en esa reunión con el Ministro y nosotros creemos que lo ideal es poder tener atención frente a frente con el Ministro”, concluyó Joaquín Tomás Ovalle.
Puntos de vista
Dairo Daza, agricultor: “Todos quieren saber si para la próxima cosecha habrá unificación del precio, eso por lo menos frenaría este problema. Sin embargo necesitamos la atención del Gobierno”.
Víctor Guerra, molinero: “Al ofrecer en Barranquilla, el arroz que nosotros les compramos a los agricultores del Cesar, no lo compran porque ya tienen el de contrabando que ingresa desde Venezuela, además del norteamericano”.
Por Andrés Llamas Nova
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