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Aqua del Rio Cesar (I)

La cuenca del río Cesar, en otrora emblemática, es la segunda en importancia, después de la cuenca del río Ranchería, inspirador de letras musicales que narraban sobre sus aguas cristalinas y la rudeza de su caudaloso recorrido. Los relatos del francés Luis Striffler que datan de 1880, manifestaron que “como no tiene que atravesar ningún terreno arcilloso, sus aguas conservan una transparencia muy agradable”.

El río Cesar ha jugado un papel fundamental en el desarrollo de los asentamientos ribereños, debido a que en torno a este se realizan casi todas las actividades económicas importantes de la zona, como son la agricultura, la pesca, la explotación de material de arrastre y la ganadería.

Las Corporaciones Autónomas Regionales, entidades encargadas desde 1993 de administrar los recursos naturales renovables y propender por su desarrollo sostenible, soslayaron su naturaleza, debido a la lenta reacción en torno a la decisión de Emdupar S.A, cuando en noviembre de 2014 suspendió el tratamiento que permitía bajar la contaminación en el río Cesar entre el 80 y 85 por ciento.

No obstante, Corpocesar, con la resolución 0160 del 9 de marzo de 2015, declaró la emergencia ambiental sobre el río. Es probable que, en este periodo, los funcionarios encargados de administrar los recursos naturales hayan infringido el marco normativo; solamente la Constitución Política de Colombia de 1991 a lo largo de su articulado, cuenta con más de 35 de ellos que, de forma directa, hablan del medio ambiente y los recursos naturales.

Emdupar S.A tiene a su cargo la formulación y ejecución de los planes de manejo ambiental de los ríos Guatapuri y Cesar, así mismo, del sistema de tratamiento de las aguas residuales –STAR. Este sistema está dividido por dos subsistemas de lagunas de oxidación: el Tarullal y El Salguero. En el primero se vierten alrededor del 30 % de las aguas residuales y en el segundo el 70 %. La planta Tarullal fue creada en 1983 para atender a una población de solo cien mil habitantes. En 1993 la población en Valledupar se había duplicado, por lo que fue necesario construir un nuevo sistema lo suficientemente grande en otro lugar. En la actualidad la planta ya sobrepasó su vida útil y la prestación del servicio no es eficiente ni adecuada, el agua residual se conduce directamente al sistema lagunar sin quitarle, al menos, los residuos más gruesos. No construimos futuro.

Las breves consideraciones planteadas en líneas anteriores, establecen que el río Cesar ha perdido su capacidad de asimilación, en virtud de las acciones contaminantes. Me atrevo a decir que la negligencia de los dirigentes en Valledupar, en torno a sus fuentes hídricas ha sido perversa y benevolente el impacto del cambio climático. Uno de los objetivos de la política ambiental es el de internalizar los costos externos mediante la expresión “el que contamina paga” (externalidades). Este principio pretende no solo reducir costos, sino que el empresario, al internalizarlos a través de un incentivo negativo, se ve estimulado a hacer un uso más racional del medio ambiente.

Para subsanar la problemática de contaminación que afecta al río Cesar, fue suscrito el contrato 077 de 2015, entre Emdupar S.A y Aqua de Colombia, el cual tiene por objeto la implementación de un sistema de tratamiento de aguas residuales en la PTAR el Salguero. La próxima semana ahondaré en las condiciones de este contrato.

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