Por: Giomar Lucía Guerra Bonilla
A propósito de los interesantes resultados de las encuestas diligenciadas por el programa “Valledupar ¿ cómo vamos? ” para medir la percepción y el clima de opinión de los habitantes, sobre la ciudad en que vivimos y la calidad de vida, realizada sobre temas prioritarios, que arrojaron resultados positivos según el estrato. Existe un alto porcentaje de optimismo en la mayoría de los ciudadanos. La gente espera que la administración municipal centre su atención aspectos como el desempleo, seguridad ciudadana, calidad y acceso a la educación, vivienda, convivencia ciudadana. Los resultados son una ayuda idónea en la carta de navegación del Alcalde Luis Fabián Maestre.
A pesar de los muchos tratados y organizaciones estatales, ONGS, que trabajan este tema, me permito aportar algunas ideas que pueden contribuir a la formulación de un programa con su respectiva financiación y que no sean actos de carácter eventual, con lánguidos resultados, por la falta de continuidad de los mismos al no estar contemplados en algunos planes de desarrollo, como elemento vital del mejora del comportamiento entre humanos.
Se entiende por convivencia las circunstancias en que me entiendo con otros, lo cual demanda además de la comunicación permanente, la expresión de sentidos y saberes que al ponerse en escena, y al ser desarrollados a manera de conciliación, generen una relación armónica entre los distintos miembros de la sociedad. Para lo cual debe darse el desarrollo humano integral, así el individuo puede actuar con autonomía e inteligencia frente a las situaciones de la cotidianidad, valorándose a sí mismo y a los demás con el buen trato, conciencia ciudadana y ecológica, aprecio por el patrimonio cultural, generando comportamientos coherentes con los demás que muestran a una persona comprometida consigo mismo, con los otros y con su pueblo.
Es importante entonces recurrir a algunas de las normas a tener en cuenta para la convivencia: la confidencialidad, la veracidad y el cumplimiento de pactos. Cuyos principios se adquieren en el núcleo familiar, que ya no sigue los principios de la familia tradicional. Hoy se ha trastocado. La violencia intrafamiliar, la madre cabeza de familia, el padre ausente por una u otra razón, y una nueva serie de elementos de este tenor nos muestran un ambiente para la educación nada fácil de asumir, en especial en los estratos 1 y 2, víctimas del desplazamiento con todas sus secuelas. A veces son los hermanos mayores quienes quedan al frente del hogar, mientras la madre sale a buscar el sustento y son ellos quienes enseñan buenas o malas costumbres a los menores.
Aquí es muy importante el papel de la educación, como lo testimonia la ley general: la educación multicultural, competencias básicas que le permitan desenvolverse con idoneidad y sortear los retos que como adulto le depare la vida, el gobierno escolar, la participación, los derechos fundamentales, la educación política. Cumplen vital importancia, si se les hace el debido seguimiento a su aplicación y no nos conformamos únicamente con la elaboración de un manual.
1. Los Manuales de Convivencia de las instituciones,
2. Organizaciones de paz apoyadas por los personeros escolares, que inducen a un sistema de democracia participativa desde temprana edad, lo cual estimula a la formación y ejercicio de virtudes cívicas, cuya permanente motivación y renovación son muy importantes en este proceso. Comprender que ser demócrata es aceptar al otro como igual y diferente, desterrando odios y fanatismos para optar por una norma reguladora de la convivencia social.
3. Programar talleres sobre pedagogía de la tolerancia y resolución pacífica de conflictos. Los participantes formarán grupos de trabajo y reflexión, con sesiones plenarias para interiorizar la temática y lograr consensos sobre las situaciones que derivan en problema en el contexto social respectivo. El dinamizador y los multiplicadores ejercen papel vital.
4. Practicar diversas formas de diálogo y discusión colectiva para lograr acuerdos. Foros, conversatorios, mesas de diálogo.
5.Organizar encuentros de padres de familia y de padres y madres sin cónyuge en ambientes que puedan acercarlos para armonizar la relación,
6. Crear asociaciones de vecinos que unidos velen por el bienestar de su entorno, en reuniones donde acuerden mejorar sus casas, calles, cuidar los parques, racionalizar el uso del agua y velar por la seguridad y las buenas costumbres de sus hijos. Revivir las funciones de la acción comunal,
7. Instituir campeonatos deportivos, concursos, reuniones culturales, recreativas y formativas con participación de la comunidad.
8. Organizar encuentros de integración e intercambio de pareceres sobre temas de interés por edades, sexo e inquietudes.
9. Realizar acciones interinstitucionales, como: convenios con la Defensoría del pueblo, Universidades y otras instituciones.
La responsabilidad es compartida con muchos sectores de la ciudadanía, quienes trabajan y atienden público en oficinas gubernamentales, los taxistas deben ser preparados por intermedio del SENA y de otros organismos para ser amables con sus clientes, mostrarles la ciudad a los turistas, la policía cívica la están pidiendo a gritos las comunidades, las Universidades, las clínicas y hospitales y así sucesivamente, porque “ una golondrina no hace verano,” es necesario aunar esfuerzos alrededor de este tema-
Es el maestro, en su cada día, en su lección diaria dirigida a niños, niñas y jóvenes quien ha sufrido el peor de los padecimientos a que puede ser sometido el ser humano: el desarraigo que hace perder el derecho a crecer libremente, a jugar, a prepararse para el futuro en un entorno amable y seguro y a pertenecer a un tejido social que identifica, que me habla de mis raíces del cual soy actor natural y de la razón de existir, que se trasluce cuando participó en el desarrollo de la vida de mi comunidad, la que conserva vivos los tesoros del pasado y los que proyecto para el futuro vividos como una esperanza, encarnados en el nacer, en el trabajo por la familia y la cooperación por la subsistencia y el afecto.