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¿Aprovechamos el recurso natural?

El columnista vallenato Juan Daniel Angulo, geólogo especializado en economía minera, en el diario ‘Boyacá 7 Días’, el primero de julio,  a partir de datos mundiales  (World Mining Data 2020), halló “la tasa de producción de los continentes en las últimas dos décadas con sus recursos naturales, con los siguientes resultados: África con +27.6 %, América Latina +22.0 %, América del Norte (EE. UU. y Canadá) +16.9 %, Asia +104.3 %, Europa con -19.1 % y Oceanía +135 %. De entrada vemos cómo dos continentes se han trasformado gracias a los recursos naturales de la ‘minería’, Asia y Oceanía, de manera sustentable con las mejores tasas productivas (…) El camino del éxito de estos dos continentes ha sido la manufactura desarrollada con el motor de la minería”.

Explica Angulo: “¿Y por qué estos dos continentes han logrado ese crecimiento exponencial? Sencillamente para alcanzar ese salto no se necesita que sus gobiernos conozcan de física cuántica o nuclear, estos lugares no se quedaron en la ley del menor esfuerzo ‘la fruta al alcance de la mano’, las empresas nacionales y multinacionales han sido condicionadas por estos países para no quedarse en el producto más primitivo (esmeralda en bruto, carbón para que otros generen energía y produzcan acero), tal cual como lo viene y lo proyecta seguir haciendo África y América Latina”.

Sin darle valor agregado  no estaremos aprovechando debidamente nuestro gran potencial. Incluso países que no poseen esos recursos se han convertido en grandes transformadores.

Cuando vimos recientemente en Puerto Brisa (La Guajira) llegar unas gigantes piezas, ya no para los pequeños y artesanales  molinos de viento, extractores de agua, de nuestros indígenas wayuus, sino para inmensos parques eólicos para la generación de energía con las brisas del nordeste, hemos confirmado la apreciación del columnista:   “…Sabemos que las energías alternativas necesitan de la minería, para ello Colombia seguirá exportando producto primario hacia Asia y Oceanía, y ellos nos lo retornan en hélices eólicas, paneles solares y demás. Es claro que Colombia no le interesa crecer a las tasas productivas de estos dos continentes”.

En el caso del Cesar no se generó energía con el carbón; en La Guajira se instaló hace unos 30 años una unidad relativamente pequeña en Dibulla por la estatal Gecelca. Esta empresa hizo un desarrollo carboeléctrico de mayor escala en Córdoba, usando  carbones de menor calidad y capacidad calórica que los de la región de la antigua provincia de Padilla, Cesar y La Guajira.

El proyecto de Termocesar se frustró hace más de una década y del gigante de 1.000 megavatios, ‘La Luna’, anunciado hace 3 años, con inversión china y moderna  tecnología ambiental, no se ha vuelto a hablar. 

Si no vamos más allá, si vendemos el ganado en pie y no la carne en canal; si no le damos más uso a los productos lácteos o a los aceites de nuestra palma; o a la proyectada minería de cobre no la transformamos en hélices o elementos de generación de energía o medicina; si no le damos un avanzado grado de industrialización a lo que da nuestra tierra, las posibilidades de desarrollo serán restringidas.  

Categories: Editorial
Redacción El Pilón: