A finales del siglo XIX, el entonces senador Rafael Núñez hizo famosa la frase “regeneración o catástrofe”, para describir las opciones que tenía ante una nación dividida. Sus ideas no tardaron en hacer eco en otros liberales moderados y en buena parte del conservatismo, lo que permitió que Núñez llegara a la Presidencia en 1880.
En el discurso pronunciado en el apogeo de la Guerra Civil de los Estados Unidos, Abraham Lincoln se refirió a los sureños como a hermanos que iban por el camino equivocado. Una señora mayor lo reprendió por no calificarlos de acérrimos enemigos a quienes se debía destruir. “Pero, señora, replicó Lincoln, ¿acaso no destruyo a mis enemigos al convertirlos en mis amigos?
Aprender a utilizar a los enemigos es una práctica más común de lo que se cree en el ámbito de la política. Robert Green, explica en la segunda Ley del Poder: “Nunca Confié demasiado en sus amigos; aprenda a utilizar a sus enemigos”, “que quien emplee a quien haya sido su enemigo, le será más leal que un amigo, ya que deberá hacer mayores esfuerzos para demostrar su adhesión”.
La interpretación de Robert Green, la decisión de Rafael Núñez y el discurso de Abraham Lincoln, coincide con lo logrado por el Pacto Histórico. Seguramente hay más casos como los anteriores, sin embargo, el idealismo o activismo que sueña con la independencia no logra entender que el ejercicio del gobierno necesita la comunión entre diferentes y contrarios, para intentar o lograr materializar las promesas de campaña.
Ese contexto también lo explica el concepto de “gobernabilidad” que no es otra cosa que la necesidad de construir las mayorías en el poder por parte del partido político que ganó las elecciones.
De este modo se explica que las presidencias del Senado para los próximos cuatro años hayan quedado definidas de la siguiente manera: el primer año el Pacto Histórico; segundo año, Partido Verde; tercero, para el Partido Conservador; el último, para el Partido Liberal. El Congreso de la República en nuestro sistema presidencialista constituye un retén para aprobar las reformas que el país necesita o para evitar debates de control político.
Los vientos parecen favorables y no hay tormentas a la vista. Al parecer, el mandatario electo Gustavo Petro asumirá el poder con un legislativo donde hay poca oposición y con todo a favor para que logre sacar las reformas que prometió al país en campaña. No obstante, en el ámbito del poder nada es estable y hasta el amigo más íntimo puede convertirse en el peor de los enemigos.
El devenir es turbulento, el entorno convive con crecientes tasas de interés, inflación, vaivén del precio del petróleo y con amenazas de recesión global, con preámbulo en la acumulación de dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo en Estados Unidos.
A nivel interno el gobierno del presidente Gustavo Petro enfrentará en la primera legislatura la ambiciosa reforma tributaria, partido de pierna fuerte que pondrá a prueba la coalición. En tiempo extra las reformas agraria y política. También la situación de orden público, que con el despliegue del plan pistola en lo corrido del año ha cobrado la vida de 36 policías cumpliendo sus funciones a lo largo y ancho del país.
Miguel Ruiz recomienda en el primer acuerdo: “Sé impecable con tus palabras”, porque constituyen el poder que tienes para crear. Mediante las palabras expresas tu poder creativo, lo revelas todo., independientemente de la lengua que hables, tu intención se pone de manifiesto a través de las palabras. Lo que sueñas, lo que sientes y lo que realmente eres, lo muestras por medio de las palabras. No será fácil el devenir del nuevo gobierno, habrá turbulencias, pero el “pacto histórico” se resume en esperar con confianza.