Se realiza esta semana en Valledupar, como también en otras ciudades del país, una semana por la cultura de la prevención, en la cual participan distintas entidades públicas y privadas, incluyendo organizaciones no gubernamentales, con la finalidad, precisamente, de generar un cambio de actitud de toda la comunidad sobre la eventualidad ante distintos tipos riesgos y emergencias.
Participan, en toda una serie de actividades que iniciaron desde el lunes hasta el próximo viernes, la Secretarías de Gobierno y de Salud Municipal, el Cuerpo de Bomberos, la Defensa Civil, el Crue, la Cruz Roja, Corpocesar, la Policía y el Ejército Nacional, entre otras entidades del sector público, privado y no gubernamental.
Varias de estas tareas que han iniciado estas entidades, en desarrollo de esta Semana Nacional de la Prevención, deberían realizarse de manera periódica, por lo menos tres o cuatro veces al año, con el fin de lograr una verdadera eficiencia en tan importante objetivo de crear una cultura de la prevención y la atención de emergencias.
Los países de América Latina, en general, y naciones como Colombia, en particular, no tienen una cultura de la prevención de las innumerables contingencias que se pueden presentar en el trabajo, en la casa, en algún sector de la ciudad o del campo, que representan un alto riesgo, como es el caso de una avalancha, un incendio, una creciente de un río, tan probable ahora por el intenso invierno, entre muchas otras situaciones de riesgo.
Es mucha la falta que nos hace, de veras, iniciar en serio y de manera sistemática ese cambio de cultura. No es tarea fácil, hay que reconocerlo. Si hay algo difícil de cambiar es la conducta y la sicología de la gente en su vida cotidiana.
En Colombia tenemos muchas lecciones al respeto, está el tema de Armero, en el Tolima; la situación de los volcanes, para citar sólo algunos ejemplos, cuya solución definitiva, en materia de prevención, amerita una reubicación de la gente y – sin embargo- son miles las personas que se niegan a cambiar el lugar de su humilde residencia.
Que buen ejemplo el que Chile le ha dado al resto de América Latina, con el manejo de la tragedia de los mineros que quedaron atrapados cientos de metros bajo tierra. El gobierno, las empresas mineras, los obreros, sus familias, etc, han mostrado mucho orden, prudencia y sentido de la responsabilidad en el manejo de un tema tan delicado, que al cierre de esta edición presagiaba un final feliz. Es mucho lo que tenemos que aprender en el Cesar, incluyendo a Valledupar, sobre este tema vital de la cultura de la prevención. Insistimos, frente al tema del invierno, por ejemplo, ahí tenemos el problema de la margen derecha del río Guatapurí, en donde miles de familias, año tras año, sufren el rigor del invierno y las crecientes del legendario río, pero, sin embargo, se resisten a una reubicación.
Pero existen muchos otros riesgos en Valledupar, por supuesto, como el tema de los incendios, en una ciudad con tan acelerado crecimiento y en donde se ha vuelto costumbre socialmente aceptada la venta de gasolina, en cualquier esquina o casa, sin condiciones mínimas de seguridad. Valledupar requiere fortalecer, igualmente, su cuerpo de bomberos y de defensa civil, que requieren la colaboración y el apoyo de todos.
Este tema de la cultura de la prevención debe ser objeto de una gran divulgación, en los barrios, en las empresas, escuelas, colegios y universidades, a través de folletos, mensajes por radio y por televisión, con el fin de orientar y enseñar a la mayor población posible, sobre aspectos sencillos que, en el momento de una emergencia, pueden salvar una vida, como tener unos elementos de primeros auxilios, prevenir accidentes caseros y laborales, en el nivel micro; y estar atento a las instrucciones de las autoridades y organismos de socorro, en los riesgos macro.
Bienvenida esta Semana de la Cultura de la Prevención y esperamos que la misma deje, poco a poco, buenas lecciones a la mayor cantidad de personas e instituciones posibles, sobre tan importante tema. Reiteramos, ahí está el ejemplo de Chile con el manejo que le han dado a ese grupo de mineros que estuvieron a punto de perder la vida de la manera más aterradora. Eso es cultura de la prevención.