Después de cincuenta años de vida artística, cualquiera pensaría que un músico ya no debe tener sobresaltos y tantas emociones como las que ha tenido en el segundo semestre del año que pasó y en lo que va corrido de este, ese gran cantante y señor, más conocido como el Jilguero de América o el Ruiseñor del Cesar, Jorge Antonio González Oñate, quien realmente, yo creo, no le puede pedir más a la vida, ya que ha logrado todos los éxitos que alguien pudiese imaginarse.
En la política, Oñate ha sido desde concejal de La Paz hasta congresista de la República, pero como si eso fuera poco fue presidente de la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia, Sayco; por sus ventas ha obtenido más de 25 discos de oro, un buen número de discos de platino y doble platino y ni se diga de sus giras nacionales e internacionales, llevando la música vallenata autentica a inimaginables rincones de Colombia y el exterior.
Sin embargo, considero que las más grandes emociones de su vida las ha tenido durante el lapso que ya mencioné: sin duda la canción del 2016 fue ‘Meneando la batea’, interpretada magistralmente por ‘El Jilguero’, del que, por su edad, no esperábamos tamaño éxito. La Fundación Festival Francisco el Hombre de Riohacha decidió rendirle un gran homenaje a Jorge Oñate y con él recorrió las principales ciudades de Colombia como lanzamiento de ese evento que se efectuó el pasado mes de marzo.
En el pasado Festival de la Leyenda Vallenata, en la categoría Rey de Reyes acordeón profesional, ningún otro cantante podía decir que tenía más compañeros de fórmula participando; sin duda, Oñate es el cantante de los Reyes Vallenatos, entre los seis acordeoneros que llegaron a la final, ‘El Jilguero’ se pudo dar el lujo de tener tres de ellos en el podio, quienes lo habían acompañado en grabaciones en los años recientes: Fernando Rangel, Cristian Camilo Peña y Álvaro López.
El primero y segundo lugar en la categoría Rey de Reyes acordeoneros profesionales quedó en manos de sus pupilos y el Rey de Reyes, Alvarito López, es su compañero de fórmula actual; muchas emociones en tan poco tiempo, para un hombre que ya se acerca a sus setenta años de edad.
Pero quienes conocemos a Jorge Oñate sabemos que ni sus éxitos, ni sus emociones pararán aquí; en este y en los años venideros serán muchos los homenajes que le rendirán en poblaciones y ciudades del país, más que merecidamente a ‘El Jilguero’; pero creo no equivocarme al afirmar que el homenaje que él espera y lo mismo sus seguidores es el que debe brindarle el Festival de la Leyenda Vallenata que a mi juicio no debe posponerse más.
En conclusión, Jorge Oñate se encuentra recogiendo los frutos de su extensa, prolífica y exitosa vida artística y Dios quiera que tengamos Jilguero por muchísimos años.
Por Jorge Nain Ruiz