Ha dejado de existir el excontralor General de La República y exalcalde de Valledupar Aníbal Martínez Zuleta un vallenato raizal a quien le cabía el país en la cabeza y fue su sueño frustrado la autonomía regional, respecto de lo cual solía decir, que los guajiros y los cesarenses eran la misma gente.
Con ese ilustre personaje, tuvimos la oportunidad de dialogar tres veces, la primera cuando fui a entregarle un libro que Amylkar mi hermano le envió, después durante las honras fúnebres de Jaime mi sobrino y la última vez en el mes de noviembre del año inmediatamente anterior durante un importante evento organizado por la Cámara de Comercio en el salón de eventos del Hotel Sicarare en el cual pronunció el que creo fue su último discurso en su vida pública, con argumentos, sapiencia y profundidad, recuerdo que allí, dijo que Amylkar Acosta merecía ser elegido presidente de Colombia.
Durante los años que permanecí en la capital del Cesar disfruté a plenitud, su diálogo coloquial con el Doctor Alfonso Araújo Cotes los días miércoles por La voz del Cañaguate, era un diálogo fecundo, ameno, entretenido y sin formato, que nos permitía conocer detalles de episodios nuevos y viejos de la vida política, administrativa y social del país vallenato, y era sorprendente la precisión de fechas y detalles sobre cosas de la historia de este país hasta entonces inéditas para los jóvenes como yo.
Cuando escuchaba a esos dos cuchachos en su conversación, recordaba un programa de televisión que se llamaba “El pasado en presente” de Abelardo Forero Benavides y Ramón de Zubiria por el cual tuve muchos problemas en la pensión de estudiantes donde vivía mientras estuve en la universidad porque a nadie más le gustaba y entonces sometían la vaina a votación para decidir si se cambiaba el canal, por mayoría decidían que yo perdía, pero siempre les gané, con el argumento de que fui quien encendí el aparato y me senté primero, para ellos eso era aburridísimo, pero a mí me parecía divertido, interesante y ameno, inclusive una vez lo grabé y lo llevé a una clase de derecho penal para una actividad porque se refirieron al problema carcelario en Colombia, ojo, hacen veinticinco años, pero aclaro, no es que yo sea viejo, sino que estudié temprano, lo que aquellos hacían en TV, era lo mismo que escuchábamos acá por la radio; esos programas me gustan porque desde niño, tengo la costumbre de escuchar y aprender de lo que dicen los mayores.
No olvido que debajo del palo de mango en la casa de Lolita, mi hermana, me contó con todos los detalles el cuento que yo había leído en el periódico, del hombre que vivió en el Valle que tocaba el Himno Nacional antes de iniciar la parranda y también lo interpretaba al momento de terminarla y una vez durante un parrandón que hubo todo el tiempo tuvo encima un tipo que después de las canciones le preguntaba sobre el autor y otros detalles hasta que logró fastidiarlo y que al final cuando este interpretó el himno para el cierre, le preguntó que esa canción de quien era, ante lo cual el acordeonero le respondió “Esa es de la gran puta, puta de tu madre”.
Ese señor en el inmediato futuro hará mucha falta en la región porque los problemas son cada vez más grandes y requieren más cabezas pensantes que fogosas, mientras el liderazgo es cada vez más escaso.
Twitter @Nene_AcostaM