Por: Rodrigo López Barros.
Como aficionado al tema, me interesa tratarlo aquí, ya que durante los próximos días 25 y 26 de abril, tendrá lugar en la ciudad de Valledupar, el primer Congreso Internacional de Análisis Existencial y Psicoterapia, convocado por la Asociación Colombiana de Analistas Existenciales Viktor Frankl, www.asociadosvicktorfrankl.com, y ojalá haya la mayor participación vallenata posible de personas interesadas.
No cabe duda que será un honor para la ciudad ser la sede de un evento académico de alto perfil, al lado de la conmemoración de su tradicional folclor por parte del Festival Internacional de la Leyenda Vallenata.
En mi columna de este diario, 04/01/2013, con el título Principios Psicológicos, me refería a algunos conceptos atinentes, del psiquiatra austriaco Viktor Frankl, no solo como teórico sino también como víctima de los campos de concentracióndel nazismo, especialmente en el campo de Austchwitz.
Justamente, sus investigaciones y teorías, a mi entender, afianzan los temas del referido congreso, fundados en las experiencias desgarradoras que Frankl y sus compañeros de infortunios padecieron bajo la dominación nazi. Su constatación experiencial, por tanto, es distinta de la de la escuela de Sigmund Freud, pues mientras esta realiza el Psicoanálisis, la de Frankl tiene por objetivo la Psicología que denomina Análisis Existencial, mucho más abarcante que la de Freud, y que se concretiza en la praxis curativa denominada logoterapia.
Su pensamiento, divulgado de viva voz y a través de sus libros traducidos a varios idiomas del mundo, tiene como enfoque principal la necesidad que tiene el hombre de encontrar un sentido y significado a su existencia.
Considerando que la sociedad contemporánea industrializada, que evidentemente se ha tomado al mundo, si bien es cierto ha producido mucho bienestar material, al propio tiempo es incapaz de satisfacer todas las necesidades humanas, particularmente las de orden espiritual, trayendo como consecuencia, en muchas personas, un estado de ánimo que el autor denomina “vacío existencial”, el cual evidentemente requiere de tratamiento psicológico o psiquiátrico.
Aunque suanálisislo contrae a la vida terrena, no obstante afirma lo siguiente: “existe, de hecho, un sentido religioso profundamente enraizado en las profundidades inconscientes de todos y cada uno de los hombres”.
En la búsqueda del sentidode la vida, Frankl nos da esperanzas y nos dice que ninguna situación por grave que sea debería abatirnos y hacernos caer en un “vacío existencial”, pues el sentido de la vida puede encontrarse bajo cualquier circunstancia, por adversa que sea.
Para lograrlo propone tres caminos: primero, cumpliendo un deber, o creando un trabajo; segundo, experimentando algo o encontrando a alguien; en otras palabras, se puede hallar un sentido, no solo en el trabajo sino en el amor, pero el más importante es el tercer camino: cuando nos enfrentamos a un destino que no podemos cambiar, estamos llamados a dar lo mejor de nosotros mismos, elevándonos por encima de nosotros mismos y creciendo más allá de nosotros mismos; en una palabra, a través de la transformación de nosotros mismos.
Lo cual, es válido además, indistintamente, para los tres componentes de la triada trágica – dolor, culpa y muerte –en la medida en que consigamos convertir el sufrimiento en un éxito y en un logro humano; extraer de la culpa la oportunidad para cambiar y mejorar; y ver en la transitoriedad de la vida un incentivo para emprender una acción responsable