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Ana Maritza… el calvario continúa

“Cual acusado que sentado en su banquillo, que espera ansioso la libertad o la sentencia”. Vino a nuestra mente el aparte que hemos transcrito de la canción titulada ‘Patillalero de cepa’, de la autoría de Freddy Molina, interpretada por Jorge Oñate con los hermanos López e incluida en el LP ‘Rosa Jardinera’ en el año 1974, a propósito del calvario a que ha sido sometida mi amiga Ana Maritza Mendoza, una brillante profesional y ciudadana de reputadas condiciones sociales que un día desafortunado llegó en mal momento al lugar equivocado.
No me imagino a esa esclava de su trabajo, de sus hijos y el estudio confinada en un suelo extraño privada de dignidad, de sus familias y sus derechos, porque además de no merecerlo debe traducirse en un tormento paulatito, permanente y demoledor para su salud física y mental, con más razón si se trata de una libre pensadora, a quien siempre digo que viaja más que la perrita de Copetran, asistiendo a capacitaciones permanentes.
Aprendí que mientras más oscura esta la noche, más cerca está el amanecer, y esta no puede ser la excepción, es una prueba durísima que Dios le ha colocado, la que superará porque su formación ética y moral son suficientes para librar en cualquier escenario la batalla por la vida, por la recta pronta y cumplida justicia, y por sus adolescentes hijos, lo que alimenta nuestra intima convicción que más pronto que tarde estará con sus ojos puestos sobre los microscopios y la microbiología y no mirando la oscuridad humillante de la ignominia.
La Diosa Temis, símbolo de la justicia, está vendada pero no es sorda ni coja lo que permitirá que brille la luz de lo justo y ponga fin al lento latir de una alma noble acorralada sin merecerlo ante una dificultad absurda, incomprensible dolorosa y cruel.
Su familia y sus amigos esperamos con la seguridad de quien espera las bienaventuranzas que vienen del que todo lo puede, que llegue para Anamary la libertad incondicional antes que la resignación. Hay motivos para pensar que vienen para ella mejores días que los que han transcurrido, que el sufrimiento al que ha sido sometida fortalecerá su corazón para que siga sirviendo a la gente humilde como siempre lo ha hecho, sin que una mano sepa lo que hizo la otra.
A su papá y su mamá expresamos nuestra admiración y respeto por la fortaleza y decoro como han afrontado esta mala hora que la vida les ha llevado a su casa en la plenitud de su otoño, y recordarle que los testimonios de gratitud se multiplican cada día de todos sus amigos por haber traído al mundo esa mujer maravillosa, amiga en las buenas y en las malas, en invierno y en verano.
@ Nene_AcostaM

Luis Eduardo Acosta Medina: