Indefenso, sin tener cómo protegerse del ataque de más de 450.000 habitantes y la mirada inoperante de las entidades públicas, el río Cesar se muere paulatinamente. Las aguas residuales del municipio de Valledupar acabaron el afluente más extenso del departamento, rico en flora y fauna, nutrido de las más variadas especies.
Ayer, un grupo de personas liderados por el movimiento ambiental ‘Greis Baena Galezo’ de la Universidad Popular del Cesar marcho por las calles de la ciudad pidiendo a las autoridades ambientales, locales, departamentales y nacionales, medidas radicales que permitan la salvación del río.
El vertimiento de las aguas residuales se da luego de que el cien por ciento de estas llega a la laguna de oxidación El Salguero. Anteriormente, se tenía la planta de tratamiento El Tarullal (cerrada este años) que vertía alrededor del 30 por ciento de las aguas residuales de esta ciudad y la Salguero el 70 por ciento restante.
Antes de llegar al puente Salguero, como si se tratara de un cadáver en estado de descomposición la fetidez está apoderada de los alrededores; en este caso los ambientalistas se atreven a decir que el muerto es el río que a diario recibe aguas nauseabundas provenientes de la planta de tratamiento a cargo de la Empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar.
“Autoridades de manera concertada, tanto alcalde como gobernador, esperemos que busquen la solución a esta problemática que está acabando con el río Cesar y no solo con el río, sino con todas las poblaciones ribereñas”, manifestó el vocero y educador, Tony Muñoz Pallares.
Dijo que según un estudio de la Universidad del Atlántico, el río está completamente saturado de materia orgánica, especialmente en el tramo de Valledupar donde recibe la mayor carga de contaminantes.
“No quiero augurar un futuro oscuro, pero en un tiempo muy corto esperemos se recupere. Es el momento de que el pueblo cesarense y los gremios nos apoyen en esta iniciativa, el Gobierno Nacional debe tomar una decisión rápida y correcta, porque no queremos tener un río Bogotá en el departamento del Cesar”, agregó el ambientalista.
El recorrido inició a las 8:30 de la mañana en la Universidad Popular del Cesar, sede Sabanas, allí unas 200 personas salieron en bicicletas, motocicletas y vehículos, cantando coros como: “No más olores, no más espumas, que cambien el sistema o quiten la laguna”, haciendo referencia al tratamiento que actualmente le da Corpocesar y Emdupar a las aguas contaminadas que son vertidas al afluente con una extensión de 48.108 hectáreas.
En el camino pasaron por la glorieta La Ceiba, avenida Simón Bolívar, Terminal de Transporte, Feria Ganadera, hasta llegar al puente El Salguero donde cantaban, abucheaban, rezaron, entonaron las notas del himno del Cesar y canciones como ‘La creciente del Cesar’ inspiración del maestro Rafael Escalona que nació cuando el río estaba en su mejores momentos.
Estamos dando la cara: Corpocesar
La Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, acompañó El Pare ambiental convocado por estudiantes de la Universidad Popular del Cesar. Calet Villalobos Brochel, director de la máxima autoridad ambiental del departamento, declaró que hay unas mejoras del río certificadas por cuatro laboratorios diferentes. “Desde el mes de mayo hacia acá hemos mejorado la remoción de materia orgánica en un 47 por ciento, eso quiere decir que antes estaba más o menos un 40 por ciento, hoy está en un 80 por ciento de remoción”.
Según el director de Corpocesar, se necesita una planta de tratamiento como la que utilizan las autoridades ambientales de Antioquia con el río Medellín, que tiene un costo de unos 6.000 millones de pesos.
Puntos de vista
Luxa Silva Rojas
Estudiante
El gobierno debe tener en cuenta lo que está pasando con el río Cesar, Valledupar como comunidad puede ver lo que está utilizando cada día, como mucho detergente y agua, por eso se nos está muriendo el río Cesar.
Jesús Zuleta
Estudiante
No hay ningún tipo de tratamiento así digan lo contrario. El agua es el recurso que nos da vida; el desarrollo es una farsa, nos interesa es el bienestar de todos.
El sistema de tratamiento de aguas residuales del alcantarillado de Valledupar fue diseñado para una población final proyectada al año 2015 de 360.000 habitantes, pero la ciudad creció y la capacidad no es suficiente.
Por Carlos Mario Jiménez
carlos.jimenez@elpilon.com.co