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Ambición versus responsabilidad

Por Nuris Pardo Conrado

Para muchos ciudadanos del Cesar fue sorpresa que el señor Personero de Valledupar, doctor Alfonso Campo Martínez, le fuera indiferente al no aceptar la curul que para él quedaba disponible en la Asamblea del Departamento, al darse la renuncia del actual diputado doctor Ricardo Quintero. Digo sorpresa por cuanto otros en su lugar no hubiesen desperdiciado esa gran oportunidad, toda vez que, pienso que por una parte allí se trabaja menos y es posible que se gane más seguido, de otras prebendas que gozan por virtud de la ley; pero en el caso que nos ocupa, sin lugar a equívocos pudo más su responsabilidad con la comunidad que defiende y el Concejo que acertadamente lo supo escoger; que la ambición de la que están poseídos tantos y tantos funcionarios para llevar a su hoja de vida aunque sea por un día la posición que tuvo en sus manos y desechó en un acto responsable el señor Personero.

De este funcionario público se comenta que es una persona muy comprometida con las actividades relacionadas al cargo que la norma superior y la ley le asigna, es humilde por excelencia, accequible y dado a resolver los problemas que la comunidad más necesitada lleva al seno de esa dependencia del Ministerio Público. Ahora bien; lo anterior aunado al acompañamiento del grupo de colaboradores que afortunadamente dispone, entre ellos es oportuno destacar a la Personera auxiliar doctora Ana María Martínez, quien no evade compromiso, voluntad y esfuerzo alguno para atender y contribuir a buscar solución a distintos inconvenientes que le ponen de presente quienes allí acuden, pues como los mismos querellantes reconocen es una trabajadora incondicional que desempeña sus actividades en una oficina de puertas abiertas, igual sucede con la doctora Martha Rodríguez quien es constante y permanente en una función tan compleja como es la de velar por la población desplazada.

Sólo resta desearle éxito al señor Personero en la continuidad del desempeño de sus funciones por el tiempo que le queda al frente de esa institución, pues, la ley de la vida nos enseña que una persona responsable es aquella que desarrolla una acción en forma consecuente y que puede ser imputada por las derivaciones que dicho comportamiento posea, de tal modo que el compromiso adquirido implique una virtud en sí misma.

“La responsabilidad es uno de los valores y pilares más fuerte del éxito”.

nurispaco@hotmail.com

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