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‘Alma de Héroe’: el amor en medio de la guerra

Los actores principales y el director de la película colombiana Alma de Héroe visitaron las instalaciones de EL PILÓN. Foto: Carmen Lucía Mendoza

Esta es a grandes rasgos la historia que en la pantalla grande protagonizan los actores Jorge Soto y Stephanie Abello, quienes luego de superar varias audiciones lograron hacerse con estos personajes que los llevaron al límite, tanto en interpretación actoral como en exigencia física, así lo aseguraron en entrevista a EL PILÓN.

“La aceptación de la película ha sido increíble. Las personas que han visto la película siempre salen con algo positivo por decirte, sea de un personaje, del guión o de la dirección; siempre hay un aporte positivo. La mayoría de los que la han visto han vivido la historia que refleja el film. La taquilla ha sido muy buena; muchas personas se han movilizado por el voz a voz, o por lo que otros dicen de la película”, manifestó Abello.

Jorge, quien dio sus ‘pininos’ en la actuación como un niño adorable de la serie De Pies a Cabeza, asegura que esperó a Tabares durante 28 años, el tiempo que lleva su carrera como actor. “Realmente cuando esperas por un personaje con el que siempre has soñado se hace más fácil interpretarlo. Más que el reto físico, lo más difícil era ser honesto con el papel que interpretaba, debía lograr ser un soldado de este país a la altura de lo que ellos merecen”, acotó.

Para el actor: “Es casi imposible que la película no nos lleve al llanto y no es una cuestión de emociones, te lleva a ese punto de quiebre donde no esperas lo que va a suceder. Por todo esto, este personaje de Tabares, va más allá de una película, de una industria del cine y me alegra que Dios me lo haya dado cuando tenía la suficiente madurez, no solo para interpretarlo, sino también para comprenderlo”.

Soto, junto con sus compañeros en la cinta: Aco Pérez (la cuota vallenata), Lincoln Palomeque, Tiberio Cruz, Tuto Patiño, Héctor Sánchez, Roger Moreno y el cubano Yarlo Ruiz, se sometió a un entrenamiento militar intensivo de varias semanas en Tolemaida. Mientras que Stephanie se enfrentó a un cambio radical de look que incluyó cortar su larga cabellera.

Ambos destacan la admiración por la producción que, aseguran, los sorprendió por distintos factores: desde el tamaño y la factura, que se traduce en lo que se logró en las intensas escenas de acción rodadas en las selvas colombianas; la fotografía, la música y los efectos especiales que le dieron mayor realismo a la guerra, pero sobre todo la manera en que el director Orlando Pardo logró humanizar a los hombres detrás de los uniformes.

“Los sacrificios que hicimos nosotros en la película son los mismos sacrificios que esos soldados hacen todos los días, por eso puedo decir que no estábamos actuando, estábamos interpretando, estábamos siendo soldados y ahí la actuación quedó de lado”, cuenta Jorge.

A lo que Stephanie agrega: “Tuve la oportunidad de conocer seres humanos increíbles que te cambian el panorama de las fuerzas militares porque detrás de cada uno de ellos hay una historia de entrega y mucho amor por lo que hacen. Alma de Héroe marca la relación de amor, no solo de pareja sino de amigos, de mamá a hijo, de papá a hijo… muchas relaciones en una historia que las enlaza todas”.

Cuando se les pregunta cuál fue la escena que más los marcó, Jorge asegura que es una que dura 135 minutos, porque en su opinión la película es un todo. Stephanie destaca que son aquellas en las que la historia toma un rumbo sorpresivo y, como en la realidad, pone a prueba la capacidad de muchas familias colombianas para enfrentar los imprevistos, teniendo como único soporte el amor.

PERCEPCIÓN DEL DIRECTOR

De acuerdo a Orlando Pardo, quien escribió y dirigió la historia, expresó: “Sabemos que estos hombres dejan a sus familias, sabemos que la guerra trae dolor, que las masacres existen, pero no conocíamos esa parte humana que hay detrás de cada uno de los protagonistas de esa guerra y es en esas historias donde Alma de Héroe pone el reflector”.

Agregó: “Está basado en nuestros héroes y sus historias. Era visibilizar a quienes han puesto el pecho al conflicto interno armado a través de una cinematografía robusta, que tiene un desarrollo fílmico muy interesante en temas de fotografía. Fue una puesta en escena bastante arriesgada, donde la gente siente y vive todo esto en las salas de cine. Es toda una experiencia porque traté que el espectador se sintiera dentro de estos escenarios, por eso la gente sale tan conmovida de la película, con tantos sentimientos encontrados en su cabeza y corazón”.

La historia

Un conflicto armado de 60 años en las selvas colombianas aún no termina. Allí fueron enviados Miguel Tabares y Alexander Cohen, dos jóvenes subtenientes quienes, recién graduados de la Escuela Militar, tienen que enfrentar la dolorosa aventura de la guerra. La captura de Cohen como rehén en una emboscada subversiva cambia el rumbo de la vida de Tabares, quien recibe la orden de salir a apoyar a su compañero, hecho que le impedirá cumplir la cita en la que le pediría matrimonio a su novia Salma Cohen.

La historia de amor del teniente Tabares y de Salma no podía tener un peor escenario: la guerra civil colombiana. El secuestro de uno de los protagonistas, por parte de un grupo subversivo, pone a prueba sentimientos que parecen no encajar en la realidad que les tocó vivir. Una película cargada de adrenalina donde el amor, la amistad y la familia defienden su espacio.

La cinta, rodada en las selvas del Caquetá, Putumayo y Amazonas y en escenarios de Tolima, Bogotá y la alta Guajira, tiene una fuerte dosis de acción donde Pardo contó con la asesoría y acompañamiento de oficiales activos del Ejército Nacional de Colombia en temas tácticos, que sumados a un gran trabajo de efectos especiales, logra introducir al espectador al corazón mismo de la selva.

Por: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ / EL PILÓN
annelise.barriga@elpilon.com.co

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