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Alimentos para 8 mil millones de personas

MEDIO AMBIENTE

Por: Hernán Maestre Martínez

Valledupar, Ciudad Ecológica de Colombia. Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse de Besotes sea una realidad, es agua para la vida, en Valledupar, La Paz y San Diego.

Después de conocer la situación planteada en la columna del jueves anterior, pasamos al análisis del presente enunciado: Tenemos que irnos preparando para alimentar 8 mil millones de personas en los próximos 20 años, esto significa que debemos entrar en una nueva era de producción de alimentos.
Ya hablamos sobre el alto precio de los cereales en los últimos años y sobre la restricción a la exportación de cereales por parte de los países exportadores y la adquisición de vastos terrenos en el exterior por parte de países importadores de cereal y dado que muchos de los países donde estas tierras son adquiridas, no tienen suficientes áreas cultivables para alimentar adecuadamente a sus habitantes, se está abonando el terreno para futuros conflictos entre aquellos países llamados arrebatadores de tierra y la hambrienta población local.
Todos los países que lideran el movimiento de adquisición de tierras (Arabia Saudita, Corea del Sur y China), enfrentan una creciente inseguridad alimentaria; por ejemplo,  en Arabia Saudita la cosecha de trigo disminuye como consecuencia de la pérdida de agua para riego por la disminución de sus acuíferos; China pierde agua para riego por el agotamiento de sus acuíferos y la creciente desaparición de sus glaciares y Corea del Sur, que ya no recibe  el maíz que recibía de su principal proveedor, Estados Unidos, porque este lo destina a la producción de combustibles.
No hay duda que la creciente competencia por tierras más allá de las fronteras nacionales obedece a una competencia indirecta por el agua. Es importante manifestar aquí, que a pesar que la atención en el mundo, se ha concentrado en la inseguridad en el suministro de petróleo y aunque sea esta preocupación válida, no tiene el mismo efecto, que la escasez de alimentos ya que una cosa es un tanque de gasolina vacío y otra es un estómago vacío, en tanto que hay sustitutos para el petróleo pero no hay para los alimentos. Hay que buscar un equilibrio aceptable entre oferta y demanda, lo que conlleva reducir el tamaño de la población y en los países opulentos significa moverse hacia abajo en la cadena alimenticia, y para aquellos países con inseguridad en el suministro de petróleo, implica encontrar sustitutos diferentes a los combustibles producidos con alimentos. Hay que tener en cuenta que para asegurar el suministro futuro de alimentos tenemos que ir mucho más allá de la agricultura; en un mundo sobre poblado y cada vez con temperaturas más altas, las políticas relacionadas con energía, población, agua, clima y transporte, tienen un efecto directo en la seguridad alimentaria. Aquí lo recomendable en la agricultura es aumentar la productividad de la tierra y del agua.
Antes de 1950, el aumento en el suministro de alimentos se dio por la expansión de las áreas de tierras cultivables. Entre 1950 y 2008, la producción de cereales, casi se triplicó aumentando de 1.1 a 3.2 toneladas por hectárea. La ganancia en la productividad de la tierra viene principalmente en tres causas: el creciente uso de fertilizantes, el aumento del riego y el desarrollo de variedades altamente productivas, por el uso de fertilizantes las cosechas aumentaron de 14 millones de toneladas en 1950 a 175 millones de toneladas en 2008. Las áreas irrigadas a nivel mundial, aumentaron de 94 millones de hectáreas en 1950 a 278 millones de hectáreas en el 2000. Las futuras ganancias por riego vendrán más por el aumento en la eficiencia en este sistema que por el aumento en el suministro de agua para este propósito.
La tercera fuente para una mayor productividad de la tierra es el uso de variedades más productivas que en su momento duplicaron la producción en el mundo y su progreso inicial vino con la hibridación en Estados Unidos y recientemente con la implantación de semillas genéticamente modificadas. Hay que precisar que la productividad del agua es indispensable (cada día se acentúa más su déficit). Hay que tener en cuenta que para producir una tonelada de cereal se requieren mil toneladas de agua, de tal manera que no es sorprendente decir que el 70% del agua utilizada en el mundo se destina a riego.

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