Los cambios que los seres humanos han introducido en sus entornos naturales son tan antiguos como la humanidad misma. Actualmente, la presencia humana en la Tierra ha afectado la práctica total de los grandes comportamientos que forman el conjunto de la biosfera. Los cambios no solamente tienen significación a escala local y regional, sino que afectan el conjunto del planeta.
El ejemplo más claro de este proceso es, sin duda, el llamado cambio climático, pero podríamos encontrar muchos otros, como la deforestación en los trópicos, la erosión y la desertificación, la pérdida de biodiversidad, la acumulación de sustancias tóxicas y peligrosas en el aire, las aguas y los suelos, entre otros. Por lo tanto existe coincidencia en aceptar la definición de cambio ambiental como aquellas alteraciones en los sistemas naturales, físicos o biológicos, cuyos impactos afectan al conjunto de la Tierra.
El cambio ambiental global es provocado por causas naturales y por causas humanas. La sociedad es un agente de cambio ambiental de primera magnitud, el primero por lo que se refiere a la corteza terrestre. Existen dos niveles de expresión del cambio ambiental global. Uno comprende las pequeñas pero drásticas alteraciones que operan en el nivel planetario. El segundo se refiere al aumento acumulativo de pequeños cambios locales que por sinergia contribuyen al cambio global.
Según Gómez Sal (1995), el origen del cambio ambiental debe situarse en la fecha de descubrimiento del Nuevo Mundo, que significó un punto de arranque muy relevante en el cambio de usos del suelo, debido principalmente a los intercambios de especies que se favorecieron y que provocaron fenómenos de alteración ecológica en gran escala por la integración de dos biotas que habían evolucionado aisladas desde tiempos remotos. Con el paso del tiempo y como consecuencia de los efectos de la Revolución Industrial, el nuevo cambio tecnológico haría pasar a segundo plano los procesos biológicos y ecológicos, y sus implicaciones sobre los paisajes y los usos de los suelos.
Martínez Alier (1994), señala que la invasión europea de América se convirtió en un desastre ecológico para las poblaciones nativas, que en un corto periodo de tiempo sufrieron un colapso demográfico.
Según González Bernáldez (1981), la humanización del paisaje se encuentra en los primeros momentos de la humanidad, hecho que ha permitido que en el caso de Europa se produjera un acoplamiento entre la acción humana y los ecosistemas; así, los diferentes tipos de presiones e influencias humanas en forma e intensidad han ido correspondiendo a circunstancias económicas o culturales diversas.
Para Duvigneaud (1978), la sociedad moderna tendría un desacoplamiento progresivo, cargado de peligro para su futuro, que es superable con una utilización correcta de los recursos y la energía, y mediante un mejor conocimiento de la condición humana, de la sociedad y de sus relaciones con el medio.
Nota: Debemos registrar con profunda satisfacción la iniciativa progresista en salud de creación del Instituto Cardiovascular del Cesar, por parte de algunos médicos prestantes, especialmente por el doctor Julio Pérez Pérez.