Con paso firme ha iniciado su marcha al frente del Ministerio de la Defensa, el economista Juan Carlos Pinzón. En sus primeras declaraciones a los medios de comunicación, ha logrado crear un nuevo clima de confianza de los colombianos en sus Fuerzas Militares.
En efecto, Pinzón ha lanzado una serie de mensajes que han sido de buen recibo por parte de la dirigencia política, empresarial y – también- por parte de los militares y de la Policía Nacional.
En primer lugar, se produjo un cambio en la cúpula militar y ahora es nuevamente un General del Ejército el Comandante de las Fuerzas Militares. En segundo término, ha dicho que es con la unión de los civiles y los militares mediante la que se podrá lograr derrotar a las fuerzas irregulares y, en tercer término, ha anunciado una nueva estrategia en la lucha contra la subversión, el narcotráfico y otros grupos ilegales.
Ha dicho Pinzón que las Fuerzas Militares reclaman una mayor seguridad jurídica que garantice su lucha contra la subversión; además, promete revisar sus condiciones de bienestar.
Coincidimos con el nuevo ministro en que el país debe darle a sus Fuerzas Militares unas reglas claras sobre su accionar, revisar el tema del fuero y de la justicia penal militar, cuyo accionar debe ser armónico con el sistema democrático que nos rige y con el respeto a los derechos humanos, pero también debe reconocer que tenemos un viejo complejo conflicto armado que no se puede afrontar de manera regular y ordinaria.
Ha dicho el Ministro, además, que se propone revisar el tema salarial y otros aspectos del bienestar de los militares activos y de los retirados. Este tema, sin lugar a dudas neurálgico, debe mirarse con cuidado por su impacto en las finanzas de la nación. Hoy los militares tienen unas buenas condiciones laborales y de seguridad social, muy superiores a las del resto de los servidores públicos.
Ha resumido de buena manera el nuevo ministro el principal objetivo de su misión al frente del cargo: que los colombianos se sientan protegidos por sus fuerzas militares; presionar a los grupos armados a desmantelarse o a entrar en un proceso de paz en los términos y tiempos que establezca el Presidente. Y que las fuerzas armadas le faciliten a otras instituciones del Estado llegar a donde nunca ha llegado.
La seguridad ciudadana será otra de las grandes prioridades, según ha anunciado el nuevo ministro. En este sentido, ha dicho que escuchará la voz de expertos nacionales e internacionales, en unas nuevas estrategias de seguridad para las grandes ciudades, que involucren a los gobernadores y los alcaldes en esas nuevas políticas.
En nuestra opinión, la seguridad ciudadana, la seguridad cotidiana, debe ser una de las grandes prioridades del nuevo Ministro de la Defensa, ya que la inseguridad asociada a la delincuencia común, el atraco, el robo callejero, el robo a residencias, son quizás más importantes que el tema de la lucha contra la guerrilla y el narcotráfico.
En nombre de la comunidad vallenata y cesarense, esperamos que el nuevo ministro de defensa inicie pronto una visita a las regiones, incluyendo a Valledupar y al Cesar, donde de manera resignada hemos venido registrando un aumento en los casos de extorsión y en el incremento de delitos callejeros, entre otros, que ameritan una atención especial del gobierno nacional. El Ministro debe conocer de primera mano las condiciones de seguridad, las fortalezas, debilidades y restricciones de las distintas regiones del país, antes de proceder a concretar los cambios que vienen anunciando en materia de la política de seguridad.