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Algunas reflexiones sobre la Semana Santa

Los habitantes de Valledupar, el Cesar y la Guajira,   al igual que la gran mayoría de los colombianos y los católicos de todo el mundo, se preparan para conmemorar la Semana Santa, la festividad más importante de esta religión después de la navidad.
Se inicia la Semana Santa en momentos en que el Papa Benedicto XVI, máximo jerarca de la Iglesia Católica y Jefe del Estado Vaticano, termina una visita a México y a Cuba, dos países importantes de América Latina con una historia particular por las relaciones entre el Estado y la Iglesia Católica.
En efecto, México desde la revolución liberal del siglo pasado determinó unas relaciones autónomas entre el Estado y la Jerarquía Católica, con un secularismo que es de los más marcados de la región y del mundo. Cuba, a su vez, con la revolución comunista de mediados del Siglo pasado, también marcó unas relaciones bien particulares con el catolicismo y con el Estado vaticano. Esto último a pesar de que Fidel Castro, como se sabe, fue educado por jesuitas y es una persona que conoce muy bien del asunto y en particular de la teología de la liberación,  tema que le apasiona. Con esta visita y su reunión con el actual Papa, Castro ratifica que es un hábil manejador de la diplomacia y de las relaciones públicas.
Son bien importantes los mensajes del Papa a los dos países y América Latina, habló de la violencia del narcotráfico, tema común a varios países de la región, y del problema de la pobreza y la riqueza, y – en general- de la humanización de las economías nacionales, en el contexto de un proceso de globalización con serias consecuencias en materia social y política. Muchos de los mensajes del Papa sobre narcotráfico, violencia, paz, política económica y social, son aplicables a Colombia, por supuesto.
Con seguridad, los sacerdotes y la jerarquía católica divulgarán y multiplicarán los mensajes del Papa Benedicto XVI, una verdadera autoridad en materia de la doctrina y la fe católica, teniendo en cuenta su formación y su experiencia antes de llegar al Papado.
Como diario democrático y pluralista, respetamos todas las tendencias religiosas, pero sabemos que nuestra gran mayoría de lectores profesan la fe católica y por ello nos atrevemos a sugerirles, vivir este periodo de Semana Santa, con una gran devoción y con reflexión sobre la vida, pasión y muerte de Jesús, cuya vida ha sido, es y será, paradigma del amor al prójimo, de una filosofía profunda del amor y la solidaridad de la Iglesia Católica, una de las más importantes del mundo por sus mayorías y su influencia.
En estos tiempos de tanto materialismo, de consumismo, comodidad y vida fácil, la religión católica nos enseña una vida distinta; la importancia de la vida espiritual, de vivir la solidaridad en lugar del egoísmo, la fraternidad en lugar del individualismo, y la comprensión que tenemos un destino y una misión que cumplir en nuestro paso fugaz por la tierra…
Está en el corazón mismo de algunos, de una pequeña minoría violenta, en Colombia, el Cesar y Valledupar, la maldad que genera los recientes hechos de muerte que debemos repudiar. Es el momento para reflexionar sobre la violencia que nos afecta, sobre nuestro comportamiento individual frente a nuestra familia, nuestros amigos, pero también en nuestro entorno social, local y regional.
En el ámbito local, las autoridades militares y de policía han dispuesto una serie de operativos especiales para garantizar la tranquilidad y seguridad de los feligreses y turistas, que llegan a estas tierras atraídos por el fervor y el prestigio de estos actos religiosos, principalmente, en Valledupar, Valencia de Jesús y San Diego de las Flores.
El buen desarrollo de la Semana Santa, la tranquilidad de los actos conmemorativos de la Semana Mayor, comenzando por la celebración del Domingo de Ramos y la procesión del Santo Ecce Homo, patrono de Valledupar, el lunes santo, dependen de la disposición, voluntad y acatamiento de la feligresía y la ciudadanía toda.
Se debe tener mucha precaución con los niños, ancianos y enfermos que llevan a estos actos religiosos; mucho cuidado con los objetos personales de valor, como billeteras y celulares; entre otras recomendaciones que han hecho las autoridades, para tener seguridad en los templos y centros de celebración de estos actos, como también en las carreteras y en zonas residenciales.
Colaboremos todos con las autoridades eclesiásticas, civiles y militares para conmemorar una Semana Santa con mucho fervor, en paz y tranquilidad.

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