Un gran optimismo han mostrado varios funcionarios del gobierno, comenzando por el propio Presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, a raíz de las últimas cifras sobre el crecimiento económico y el desempleo.
Y en efecto las cifras dan pie para mostrar alguna satisfacción. El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), a una tasa del 5,1 por ciento en el primer trimestre de 2011, y las cifras positivas de la gran mayoría de los sectores económicos son el fundamento para ello. Son positivas las cifras en materia de la industria, el comercio, la agricultura y la minería, principalmente. No lo son tanto en materia de construcción de vivienda y obras civiles, este último sector afectado por el tema del invierno que ha implicado la paralización de varios frentes de obras en distintas zonas del país.
En ese mismo sentido, son alentadoras, también, las cifras sobre desempleo a mayo, con una tasa promedio nacional de 11,3 por ciento, el segundo nivel más para el mismo mes en los últimos diez años. En las principales trece ciudades del país la tasa promedio alcanza el 11 por ciento, con una reducción del 1,8 por ciento en comparación con el mismo mes el año pasado.
En valores absolutos, las cifras divulgadas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane), hablan de un desempleo que afecta a dos millones y medio de personas (2.516.000 exactamente), lo que equivale a que en el quinto mes de este año el país tenía 92 mil desempleados menos que el año pasado.
Los números parecerían confirmar que la economía sigue en una senda de dinamismo, hay confianza en el nuevo gobierno y han comenzado a marchar a buen ritmo las locomotoras de las que habla el Presidente Santos, principalmente los sectores minero, agropecuario e industrial. Y tanto el gobierno como algunos gremios de la producción, como es el caso de la Asociación Nacional de Industriales (Andi), consideran que pronto el país podría reducir a un dígito su tasa de desempleo. Ojalá lleguemos más temprano que tarde a esos escenarios, sería una buena noticia para todos.
No obstante lo anterior, una cosa son las cifras nacionales y otras las del departamento y las de Valledupar. Acá, no tenemos muchos motivos para el optimismo. En el caso de la capital del Cesar, el Dane habla de una tasa de desempleo superior al 12,7 por ciento, sin contar el subempleo y la alta informalidad que caracteriza la economía del Cesar y de Valledupar.
Según las cifras de la Cámara de Comercio de Valledupar, el departamento tendría unos 140 mil desplazados, de los cuales la mitad estarían en Valledupar. Además, en esta ciudad tendríamos unos 15.000 mototaxistas y unos 2.500 vendedores ambulantes, que son los oficios que están recibiendo a muchos de esos desplazados y desempleados.
La diferencia entre las tendencias de las cifras nacionales y las del departamento y la ciudad, deberían ser objeto de profundas reflexiones para nuestra dirigencia política y empresarial. Es muy amplia la brecha entre las unas y las otras, inclusive hoy cuando tenemos a favor los recursos de las regalías, que deberían estimular la inversión pública en el departamento y los municipios productores.
No nos queremos imaginar que pasará cuando nos toque competir por esos mismos recursos, en los nuevos fondos que se han creado y que se administrarán desde Bogotá, como bien lo invirtió este viernes en Valledupar, el director del Dane, el economista Jorge Bustamante.
En ese orden de ideas, es una buena noticia que contemos con una dependencia del Dane y un observatorio económico y estadístico que nos permita saber, con mayor certeza, como estamos, para comenzar a salir de este marasmo en que se encuentra la economía del departamento y su capital. Ambos territorios requieren alternativas creativas, políticas públicas de mediano y largo plazo, para atraer más inversión y lograr mayores tasas de crecimiento económico en la región, para generar más puestos de trabajo y aliviar la situación de pobreza y marginalidad de miles de familias, que en poco o nada se han beneficiado del auge minero que ha vivido el departamento, como bien lo han sugerido la Cámara de Comercio y los autores del Informe de Calidad de Vida, presentado por el Programa “Valledupar, Cómo Vamos”, sobre el cual nos volveremos a referir en los próximos días.