Hay escritos que le llegan a uno sin saber quién los escribe, pero a veces tienen un contenido excepcional, inteligente y ejemplarizante que llaman mucho la atención por lo cual consideramos deben ser propalados, para que se enteren el mayor número de personas, especialmente por lo actualizado de su contenido para toda la humanidad.
“Lo siento: pensamos que solo les pasaría a otros, a los grandes perdedores de este sistema. No a nosotros, gente privilegiada. Y aquí estamos, junto con el resto de la humanidad obligada a pausar (el subrayado es nuestro), nuestro mundo entrando una hibernación (estado de letargo en el que algunos animales se sumergen durante los meses de invierno) forzada.
Por primera vez, hemos decidido frenar esta carrera desenfrenada por el crecimiento en el nombre de la vida.
Somos la primera generación en experimentar las consecuencias del cambio climático, y la última que puede hacer algo al respecto.
Lo siento.
Es un destino extraño para la generación y extraño, por esta sensación de luchar por una guerra que ni siquiera nos declaramos.
Es verdad.
Lo siento.
No tenemos nada que ver con eso.
No estábamos ahí cuando decidieron cortar árboles para ganar dinero, sacrificar la mitad de las criaturas marinas durante 40 años por algunos puntos de crecimiento.
Encerrar la naturaleza en parques y encerrar a los animales en zoológicos. No estábamos ahí cuando decidieron hacer agujeros en la capa de ozono para que nuestras axilas huelan bien, cuándo vaciaron los océanos para poner plástico en ellos.
No estábamos allí cuando decidieron que valía la pena condenar a la miseria a algunas personas para producir camisetas de bajo precio, las que olvidamos en nuestros armarios, cuando decidieron que algunos trabajos valían más que otros, que para llegar a fin de mes era mejor ser diseñador o emprendedor qué agricultor, enfermero o maestro.
Me gustaría decirles que todo va a salir bien, (el subrayado es nuestro) que podemos ir a ver la ‘Casa de papel’ con palomitas en la mano, mientras todos esos que toman las decisiones hacen todo el trabajo sucio.
Me gustaría decirles que la tecnología salvará el mundo, que esos políticos aficionados nos están preparando para algo más que un futuro de porcelana. Que las grandes compañías ahora lo han descubierto.
Pero, ¿realmente crees en esto?
No es nuestra culpa. No tuvimos nada que ver con eso y, sin embargo, nos volvimos cómplices.
Es nuestra culpa porque nos arrollan con las noticias falsas, nos hemos adaptado a la comodidad que nos ofrecen, nos hemos quedado dormidos, engañados por el progreso que nos alimenta a cucharadas. Nos volvimos perezosos.
La inacción sabe cómo una pizza deliberó (pizzas que ofrecen en un restaurante en Belgrado). Mientras producimos, tiramos y comenzamos de nuevo, mientras nos gusta, compartimos y ‘stalkeamos’, (vigila, espía), mientras deslizamos a la derecha para ligar y hacia arriba cuando tenemos suficiente seguidores quedan los últimos elefantes en África, las ballenas se ahogan con plástico, los glaciares se derriten y los bosques arden, la tierra arde mientras la consumimos”.