Una noche de terror fue lo que vivió una madre de familia el pasado sábado 12 de octubre en el Parque de la Vida de Valledupar cuando su pequeña hija de cinco años desapareció durante una hora. De acuerdo con la ama de casa, Estela Barrios, el hecho ocurrió sobre las siete de la noche cuando se encontraba con la menor de edad departiendo en uno de los juegos infantiles del parque.
Entre lágrimas esta afligida madre de familia contó al diario EL PILÓN cómo su hija fue víctima de un “intento de secuestro” que de no ser por la rápida acción de los motorizados de la Policía Nacional que se encontraban en el lugar, estuviera hoy la pequeña en la lista de los niños desaparecidos de la ciudad.
“Yo estaba con la niña en el parque infantil que tiene el tobogán azul. Ella estaba haciendo la fila para subirse al tobogán y una mujer se me acercó. Empezó a comentarme que el parque necesitaba más juegos infantiles y cuando volví a fijar la vista en el tobogán la niña seguía sin resbalarse. Me acerqué al juego para buscarla y fue cuando me di cuenta que ya no estaba”, relató Barrios.
Con angustia manifestó que de inmediato la buscó por el perímetro de los juegos infantiles y no la encontró. En medio de su desespero mostró a los demás padres de familia y vendedores ambulantes que estaban en el lugar fotografías de la pequeña para preguntarles si la habían visto, pero nadie le dio razón de la infanta.
La agonía de una madre
La madre de familia con la foto de su hija en el teléfono, recorrió las zonas del parque en donde había estado con la pequeña desde las cuatro de la tarde cuando arribaron al sitio. Aseveró que buscó a su hija en la fuente, zonas verdes, el carrusel y a quienes le preguntaba por ella negaban haberla visto.
“Ella es una niña pequeña que no habla mucho y eso me desesperaba más porque ella no iba a gritar o hablar si alguien se la llevaba. Una persona a la que le pregunté me dijo que fuera al CAI de la Policía y les dijera a ellos de la desaparición de la niña. Enseguida corrí al CAI y le conté a los motorizados de la Policía lo que había sucedido ”, dijo Barrios.
Manifestó que de inmediato los motorizados registraron la foto de su hija, le pidieron el número de teléfono y con un grupo más de uniformados se desplegaron por todo el parque para encontrar a la menor. Una de las referencias que dio la madre de familia era que la niña tenía una blusa color azul para que pudieran identificarla con mayor facilidad, sin embargo, a la niña “ya le habían cambiado la ropa”.
Blusa blanca
De acuerdo con esta vallenata, media hora después recibió una llamada de la Policía en la que le informaron que la menor de edad la habían encontrado, pero que la niña no tenía puesta una blusa azul como ella lo había asegurado. La menor de edad vestía una blusa blanca.
“Yo les aseguré que mi hija lo que tenía puesto era una blusa azul, pero igual salí corriendo nuevamente hacia el CAI y la niña estaba ahí llorando. De inmediato me arrodillé a su altura y la abracé. Estaba llorando igual de desconsolada que yo y la cargué en brazos. Cuando me puse de pie vi que uno de las uniformadas tenía en la mano una camisa blanca”, afirmó la madre de familia.
Agregó que le dio las gracias a la Policía por haber encontrado a su hija y tomó un taxi para ir a su casa. Acotó que al llegar a su vivienda analizó lo que había sucedido y cayó en cuenta que a su hija la habían cambiado de ropa.
“La persona que se la llevó del juego le puso una blusa blanca encima para que no la identificaran porque los datos que siempre pide la Policía o que uno da cuando una persona está perdida es cómo está vestida. La Policía encontró a mi hija porque sabían cómo era físicamente”, puntualizó Barrios.
La seguridad y los padres
El diario EL PILÓN se desplazó hasta el Parque de la Vida para indagar sobre la denuncia de la madre de familia y el vigilante de turno informó que no tenía conocimiento de lo sucedido, debido a que fue un hecho que sucedió en las horas de la noche y hay otro personal que se encarga de la vigilancia en ese horario.
“Aquí en el parque hay cuatro vigilantes que estamos de seis de la mañana a seis de la noche y luego llega el otro grupo que nos releva. De igual manera hay cuatro policías auxiliares y dos motorizados, sin embargo, este parque es grande y los padres de familia deben estar muy al pendiente de los niños porque aquí llega mucha gente”, argumentó Luis Camargo, vigilante del Parque de la Vida.
Explicó que en reiteradas ocasiones han visto como padres de familia se “desentienden” de los niños y estos hacen mal uso del mobiliario del parque. Explicó que el parque es para niños “de acuerdo con los horarios porque aquí hemos visto niños pequeños a las once de la noche, ese no es un horario para un niño”.
Agregó que se estuvieron presentando otras situaciones en el parque producto de la incultura ciudadana y la delincuencia. Algunas de ellas fue que un grupo de personas cerca al parque biosaludable estaban “tomando la costumbre” de consumir sustancias y que un grupo de hippies quería dormir en el parque, sin embargo, se reforzó la seguridad y dichas situaciones fueron subsanadas.