Como un presagio el compositor vallenato Julio Oñate Martínez, columnista de este medio, compuso en el 1976 la canción ‘La Profecía’, en ritmo de paseo, en la cual advertía lo que hoy es una realidad. Sólo en su primera estrofa explica la situación: “Alerta, alerta, vallenato, mira que ahí viene La Guajira, lo comentaba Pedro Castro, lo comentaba Pedro Castro el gran desierto se avecina…”.
Hoy cuando a nivel mundial se prenden de alarmas por qué se está secando el mundo y ya hay institucionalizado el Día de la lucha contra la desertificación y la sequía, que a propósito en el Cesar pasó desapercibido el pasado 17 de junio, la letra de esta canción recobra actualidad. De acuerdo con La Convención de las Naciones Unidas de Lucha Contra la Desertificación y la Sequía (UNCCD), “la desertificación es la reducción o pérdida de la productividad biológica o económica del sistema bioproductivo terrestre que comprende el suelo, la vegetación, otros componentes de la biota y los procesos ecológicos e hidrológicos, especialmente en los ecosistemas de las zonas secas, debido a los sistemas de utilización de la tierra o por un proceso o combinación de procesos, incluidos los resultantes de actividades humanas y factores climáticos”.
En Colombia existe el Plan de Acción Nacional ‘Lucha contra la desertificación y la seguía en Colombia’ –PAN-, elaborado en el 2005 por el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, en el cual adoptó medidas para evitar que esta situación siguiera aumentando. Este Plan, dice en su contexto general que “…En América Latina, aproximadamente un 75% de las tierras secas están afectadas por algún grado de desertificación y 75% de las áreas agrícolas de la región se encuentra seriamente degradado, lo cual significa que la fertilidad natural de los suelos agrícolas está disminuyendo. La erosión del suelo es la principal amenaza (68% en América del Sur y 88% en Mesoamérica del total de las tierras afectadas en cada subregión) En América del Sur, 100 millones de hectáreas han sido degradadas debido a la deforestación y 70 millones de hectáreas por ganadería intensiva. En Algunas subregiones de América del Sur como el nordeste brasileño y algunas áreas en Argentina, Paraguay, Bolivia y Colombia estas tendencias se manifiestan más crudamente”.
El Cesar no es ajeno a esta situación y existen cifras alarmantes. Solo por mencionar algunos ejemplos: Aguachica de un área de 940 kilómetros, 731 están desertificados; mientras que Valledupar de 4.946 de área, el 3.427 está desertificado o en sequía; y peor aún, municipios como Astrea, Bosconia y Gamarra tienen un 100% de su área de suelo en total desertificación, y El Copey en un 98%. Estas cifras contenidas en el Plan en mención son del año 2005 y no han sido actualizadas, lo cual quiere decir que la situación es peor aún en la actualidad.
En el departamento del Cesar por un lado la minería está acabando con la capa superficial que es la que tiene la capacidad de sostener las actividades ganaderas y agrícolas y por el otro, los vestigios de los malos manejos del uso del agua por parte de las empresas que desarrollan proyectos de palma de aceite en grandes extensiones, sin seguir lineamientos de buenas prácticas ambientales, y también por el uso frecuente de agroquímicos, tienen al Cesar en una total desertificación.
Nos gustaría saber cómo medio de comunicación ¿qué han hecho las autoridades cesarenses desde el año 1993, cuando se expidió la Ley 99, que en su artículo 111 determina que los municipios y departamentos dedicarán un porcentaje no inferior al 1% de sus ingresos corrientes para este tema? Artículo que en un parágrafo ordena la inclusión de los recursos dentro de los planes de desarrollo y presupuestos anuales respectivos, individualizándose la partida destinada para tal fin. ¿Alcaldes y gobernadores –anteriores y actuales- han destinado estos recursos y qué acciones se han emprendido? ¿Por qué en las rendiciones de cuentas de éstos, no dicen nada del tema? Razón tenía entonces Julio Oñate en su composición: “Si te descuidas Vallenato, se cumplirá la Profecía, como dijera Pedro Castro, como dijera Pedro Castro que el desierto te alcanzaría”.