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Alcaldes mineros crean un laberinto contra su economía

Para andar sin vueltas. Hemos pedido en reciente editorial que se reactiven pronto las minas, las obras civiles y la construcción. (Las obras se autorizaron reactivar a partir de hoy).  La actividad minera, por ser  considerada esencial, se excluyó de la restricción de la cuarentena mediante el Decreto-ley de Emergencia # 457 de 2020, expedido por el Gobierno nacional. Y llamábamos la atención de que esa actividad por incomprensión de ciertos sectores en Cesar y Guajira se había interrumpido. ¡Estos bloqueos parecen ser auspiciados por algunos alcaldes!

Hay razones operacionales para no afectar esa actividad;  de no hacerse un adecuado mantenimiento de las minas en periodo de lluvias – y aun en el verano-  por la infraestructura, tipo de  movimiento de tierras,  drenajes, taludes y preservación ambiental,  se pone en riesgo el propio establecimiento minero, la seguridad de sus trabajadores y del ambiente.

Pero hay razones para la economía nacional y regional, como  que la minería además de la generación de empleo y de demanda de servicios causa unas regalías que son el medio instrumental financiero clave para que las entidades y la nación hagan los gastos necesarios para enfrentar el Covid-19, que no se atiende con solo la voluntad. Eso lo saben los mandatarios del Cesar,  en particular los  de la zona minera, o tal vez, como apenas están iniciando sus gobiernos, no tienen comprensión del impacto que esa fuente tendrá sobre el éxito de sus mandatos, más cuando las regalías directas para los municipios y departamento productor se duplicarán, según la aprobada reforma constitucional.

En nuestra región se extraen carbones térmicos necesarios para la generación eléctrica, de la nación y de muchos países que requieren en sus casas, en hospitales y centros de abastecimiento del servicio de energía, en medio de la severa cuarentena mundial. El uso de energías alternativas que se abren campo apenas están en proceso de estructuración y montaje y su consolidación tomará algunas décadas.

Los mandatarios habrán sabido que sus regiones derivan su generación de empleos y de ingresos, de construcción de infraestructuras y de servicios, de la actividad minera, principalmente. Son esos municipios los que en el período entre los censos de 2005 y 2018 más crecieron en el ámbito departamental, algunos duplicaron su población, mostrándose como líderes en la atracción de gente del mismo departamento y del país por la oportunidad de negocio y labor. Hoy pequeñas empresas proveedoras están pidiéndole apoyo a las alcaldías para no despedir a la gente.

Aunque algunos funcionarios incurrieron en despilfarro y corrupción con las regalías no fue responsabilidad de las mineras.  Hoy estos nuevos pueden mostrar su inteligencia, ciertos de que la campaña terminó y ahora deben pensar en el cuatrienio, actuar con apego a la ley y no propiciar acciones de hecho, que son el caldo para convertir sus mandatos en ingobernables. Pues gobernar es también no responder a lo que ‘de una’ la  gente desea sino orientarla para su propio beneficio futuro.

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