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Alcalde ‘Tuto’ póngase las pilas (II)

Estudios realizados conjuntamente por el Instituto Igarapé en Brasil, la Nations University, el Foro Económico Mundial y la organización 100 Resilient Cities, determinaron que las ciudades que comparten la característica de procesos de urbanización rápida, igualmente son similares en desigualdad, pobreza, desempleo, problemas con el patrullaje policíaco y falta de seguridad. Este último indicador presenta una evolución progresiva y significativa en las ciudades colombianas. En Valledupar, por ejemplo, los ciudadanos se sienten acorralados, los delincuentes andan al acecho, ni siquiera las rejas logran disuadirlos, lamentablemente, sentarse en las terrazas de las casas se ha convertido en un riesgo inminente, la inseguridad se está adueñando de esa vieja tradición.

Quiero armonizar las variables anteriores con el Área Metropolitana, territorio común, con las cuales el país promueve la revolución territorial, a través de la admisión de retos sobre todo en los recursos vitales para los cuales la solución sobrepasa los límites de la gestión local y deben ser enfrentados de manera conjunta. La de Valledupar creada mediante escritura pública 2709 del 17 de diciembre del año 2002, con todo el respeto sigue siendo un embeleco. He buscado sin encontrar el Plan Integral de Desarrollo Metropolitano con perspectiva de largo plazo, que debe formularse de acuerdo con el literal B del artículo 7º de la Ley 625 de 2013.

En este documento deben quedar definidas las estrategias que permitan hacer más eficiente la gestión de sus municipios, partiendo del análisis de los factores del contexto interno y externo. Quizá el doctor Alfredo Saade, me invite un café, para ponerme en contexto, con gusto iré, pero debo anotar que la Ley 1712 de 2014 y todo el andamiaje de la estrategia Gobierno en Línea que hace tránsito hacia el Gobierno Digital y la nueva versión del Modelo Integrado de Planeacion y Gestión establecida en el Decreto 1499 de septiembre de 2017, tienen por objeto regular el derecho de acceso a la información pública y fortalecer los lazos de confianza entre los ciudadanos y las instituciones públicas. Esta observación es para llamar la atención al director del Área Metropolitana, que ha tenido la valentía de lanzar algunos comentarios sobre las acciones que deben tomarse con los delincuentes, a propósito de la oleada de inseguridad en la ciudad, sus proposiciones son cuestionables, incluso validas, pero los problemas de los territorios no se resuelven poniendo cara de guapo ni con ilusión espontanea, sino con base en herramientas gerenciales como el plan de desarrollo metropolitano y su respectiva batería de indicadores, que a su vez constituyen elementos para hacer valoraciones al ordenamiento físico territorial, económico, social, urbanístico y ambiental.

La ciudad perfecta no existe, pero  sus habitantes y los alcaldes de todo el mundo buscan acercarse a ese objetivo. Tienen sus ojos puestos en la tendencia de crecimiento poblacional, la cual prevé que para el año 2050, entre el 70 % y el 80 % de la población mundial vivirá en las ciudades, por lo tanto, es perentorio comprender las variables y las tendencias de carácter territorial y de crecimiento poblacional, con el fin de vislumbrar los cambios inminentes, para garantizar que la oferta institucional sea capaz de satisfacer las necesidades de los ciudadanos.

Guardo gratitud y lazos de amistad con varios integrantes del gobierno municipal comandado por el Alcalde “Tuto”, sin embargo, mis convicciones me exigen expresar que en el ejercicio de la Administración Publica, hay mucha diferencia entre un seguidor, un asesor y los áulicos. La función del asesor ni la de cualquier funcionario no consiste en defender en las redes sociales a su jefe, sino apoyar con su experiencia y conocimiento en la construcción de las estrategias que edifiquen la obra de gobierno, porque la excesiva publicidad puede terminar engañosa, cuando hay asomo de crisis y no hay evidencia de resultados.

Nuestra ciudad requiere subirse al tren del desarrollo, analizando las tendencias de crecimiento de la población y el modelo de ciudad sostenible. Para lograrlo es pertinente eficiencia y transparencia en el uso de los recursos. El alcalde ‘Tuto’ heredó los problemas vigentes de la ciudad, eso no es excusa, al contrario le asiste el deber de cumplir con su plan de desarrollo y con el diseño de las bases para estructurar la visión del territorio.

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