“Todo calla… el mar duerme, y no importuna/ con sus gritos salvajes de reproche/ y sueña que se besa con la luna/ en el tálamo negro de la noche”.
Como la luna y el mar, de este poema, en el Valle todo calla cuando se trata de cultura.
Exactamente igual en enero del año 2019, cuando iniciaba su periodo de gobierno encabezaba la columna, a través de EL PILÓN, en la que le pedía que no se durmiera con el tema de la cultura.
Hoy aprovecho este escenario para escribirle esta carta abierta, y que la comunidad sea testigo, para ser atendidos por usted de manera directa, sin intermediarios, ni asesores mudos, ni jefe de oficina de cultura que evaden esa responsabilidad.
Somos un grupo de personas representantes de diferentes sectores de la cultura y el arte, es decir somos miembros del Consejo de Cultura de Valledupar que desde el mes de noviembre del año 2019 iniciamos la supuesta labor de “consejería” y que hoy, en pleno 2022 y a escasos meses de terminar el periodo, dos años, para el cual fuimos escogidos, no hemos hecho nada. En absoluto.
Tenemos como meta principal, a través de esta carta, proponerle tres cosas: primero se nos atienda, sin intermediarios; segundo se tenga en cuenta un ejercicio de construcción de una política pública seria para el fortalecimiento de programas culturales de inclusión, en donde se proyecte a Valledupar como una ciudad turística y cultural.
No queremos actividades culturales triviales, por salir del paso y con el único propósito de pegarle a las metas de un programa de gobierno hecho como colcha de retazos. No, la idea es hacer un plan de trabajo cultural que le apunte a diez o quince años. ¿Se le mide?
Algo sólido donde se involucren diferentes sectores y se escuche a los consejeros; propiciar escenarios en donde se solidifiquen actores del arte de manera digna y se pueda pensar más allá del Festival Vallenato.
Razonemos en cuanto a esto, en la cultura, a pesar de lo mucho todo es poco; se sigue presentando la ineficiencia y es normal ver como se le da la espalda a lo que debería ser una loable gestión cultural. Golondrinas solitarias que no logran invierno, al menos un rocío; pues en verano estamos hace rato. Gestores culturales cansados de remar contra la corriente.
Tercera propuesta, señor Mello: el consejo desde sus inicios, ha querido que se revise la posibilidad de crear el Instituto Municipal de Cultura y Turismo. Hoy lo pedimos desde esta tribuna, la cultura no puede ser la cenicienta del paseo y lo repito hasta la saciedad, no debe ser la caja menor de la administración de turno.
Se necesita un doliente con voz y voto, que trabaje para jalonar recursos e invierta en la cultura de manera seria y con fundamento.
Señor Mello Castro, ¿es posible que dentro de su agenda usted pueda, por favor, apartar un espacio para que hablemos de cultura?
Es muy importante y hablaría muy bien de sus actividades como alcalde. El Consejo Municipal de Cultura se lo agradecería. Estamos a su disposición y esperamos, con usted, otra sea la forma de manejar este trascendental tema, mientras tanto nos seguimos preguntando ¿la cultura qué, va o no va? Sólo Eso.
Por Eduardo Santos Ortega Vergara