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Alberto, un venezolano que duerme en la Terminal

Alberto Piña, tiene cuatro días de estar en Valledupar, se vino de Venezuela buscando la forma de mejorar las condiciones de vida debido a la terrible situación que vive el vecino país. Llegó a esta ciudad con la esperanza de encontrar a una hermana a quien había visitado en otra oportunidad y quien le había ofrecido que se viniera, pero hasta el momento ha sido imposible encontrarla.

El venezolano llegó a Colombia con las manos vacías, el bolso que traía y su celular se lo detuvieron en un retén de la guardia venezolana cuando estaba en la frontera; pisó la tierra colombiana con los pasajes estrictos para desplazarse.

Alberto manifiesta que recorrió todas las casas del barrio El Carmen donde vivía su hermana llamada Cristina Vélez, pero nadie le dio información de ella. Los residentes de dicho sector le indicaron que por ese sector no vive y no ha vivido nadie conocida con el nombre que él tiene.

“Me vine a buscar a una hermana que tengo aquí en Valledupar, hace un año y medio estuve visitándola, duré como una semana y me regresé para Venezuela, desde entonces no había vuelto hasta ahora. Llegué sin nada, lo único que no me quitaron fue lo que tenía para los pasajes y así me vine, y cuando llegué a Valledupar fui al barrio de El Carmen y no fui capaz de dar con la dirección; he preguntado por todas las casas y me dicen que por ahí no vive ninguna Cristina Vélez, que no ha vivido, la verdad es que estoy perdido”, expresó Piña en un tono desesperado.
Ya completó cuatro días los que han pasado desde que llegó a esta capital, y sus días y noches la pasa desamparado rondando las instalaciones de la Terminal de Transporte, dependiendo de la voluntad de Dios y de la colaboración de los pasajeros a quienes ha tenido que recurrir hasta que tenga noticia de su única esperanza en Valledupar.

Alberto no pierde la esperanza de encontrarse muy pronto con su hermana. Solo espera que la comunidad le ayude en su búsqueda para poder salir de este trance que se le ha cruzado en su camino.

“Mi hermana lleva años viviendo aquí en Valledupar, es alta, blanca, tiene el pelo ondulado, está casada y tiene dos hijas”, declaró Alberto con la esperanza de que lo ayuden a encontrarla.

El venezolano llegó a Colombia con las manos vacías, el bolso que traía y su celular se lo detuvieron en un retén de la guardia venezolana cuando estaba en la frontera.

Por: Isabel Pérez Argote/ EL PILÓN
Pie de foto: Alberto Piña, un venezolano que duerme en el terminal

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