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Al acecho del poder

Por Aquilino Cotes Zuleta

Definitivamente los valores están invertidos. Lean este ejemplo: una víctima mató a un delincuente durante un forcejeo, por no dejarse quitar lo suyo.

Meses después un Juez condenó a la víctima aduciendo que el vehemente criminal solo tenía una pequeña tijera, con la que amenazaba a la víctima. 

Lo que se supo después fue que con la misma tijera, el mismo delincuente  ya había matado a dos personas, durante sendos atracos.  

Guardando las proporciones eso es lo que está pasando en nuestra democracia colombiana. Hace unas dos décadas un fullero antioqueño se desprendió de sus vacas y de sus caballos en el campo, de sus insospechados  secretos de negocios e irrumpió a la política, hasta alcanzar la Presidencial y la reelección. 

Cuando alzó la voz para ser candidato a la Presidencia surgieron de cada Departamento los más connotados ganaderos y también fulleros regionales que “invirtieron” sus pesos por el candente político que le apostaba a la guerra contra todo aquel que se opusiera a sus caprichos mercenarios.

Para entonces se habló de que el político que se identificaba como Álvaro Uribe Vélez había tenido respaldo de las recién creadas Autodefensas de Colombia, pero nadie lo ha probado.  

Con abrumadora mayoría derrotó a sus contrincantes y al día siguiente de su posesión  les hizo saber a los colombianos y a muchos incautos del exterior que él era el Mesías. Inclusive, cuentas mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan que una periodista de Noruega llegó Valledupar para hacer una nota sobre la red de cooperantes dizque recién creadas por este político.

Ocho años después al terminar su segundo mandato, la mitad de los congresistas de Colombia que lo respaldaron cayeron investigados y presos por la Corte Suprema, por delincuentes. Muchos aliados políticos regionales y nacionales han ido cayendo uno a uno y reducidos a una cárcel en Bogotá, el último ha sido su jefe de seguridad, un General de la República. 

Además, en su gobierno se conoció la más aberrante denigración contra la población y la sociedad colombiana: “chuzaron” a todo mundo para saber sus movimientos y no contentos con tamaña maniobra maquiavélica se provocó la persecución más espantosa contra ¿cientos? de jóvenes que cayeron masacrados por los militares y la Policía en “falsos positivos”, a los largo del país.

Ahora, a portas de que la Corte Penal Internacional lo llame a responder por asuntos de lesa humanidad, tendrá que demostrar que es tan inocente como sus aliados del pasado y que no practicaba la delincuencia contra todo aquel que se opuso a sus caprichos políticos, solo por el poder.

Llega de nuevo con ansias de poder, proponiendo un nuevo partido al cual le impuso por nombre su primer apellido y una lista que según la prensa nacional está impregnada de muchas sospechas de titanes antisociales que ni entre ellos mismos se quieren. Hasta la próxima semana.

tiochiro@hotmal.com

 

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