Ayer jueves, la Gobernación del Cesar anunció que cambiará la estructura de la vía Aguas Blancas-Codazzi, que actualmente se construye para recortar horas de viaje entre el centro y el norte del Cesar y los departamentos aledaños, como el Magdalena y el Atlántico.
La obra fue complementaria al tramo desde Codazzi-La Palizá, que inició ejecución primero, lo que ha terminado en una transversal de 29 kilómetros.
Tenía el desafío de pasar sobre la hoya del río Cesar y hacer puentes en este y algunos afluentes y ejecutar buenas obras hidráulicas para preservar el buen estado de la vía. Esperemos esto haya sido considerado en el ajuste del diseño para evitar daños e inundaciones.
A la obra, cuyo contrato inicial fue de $73.333 millones, se le añadirán más de $34.000 millones para pasarla de una vía terciaria a una secundaria, según el anuncio del gobernador Luis Alberto Monsalvo.
“Son cerca de $75.000 millones (contando interventoría) que estaban en riesgo. Cuando entramos al gobierno encontramos que los estudios nos daban proyección de tráfico pesado en la vía. Este proyecto no incluyó las obras hidráulicas, ni dos puentes, por lo que quedaría como una obra inconclusa. Hemos dispuesto pasar de una carpeta asfáltica de 7 a 10 centímetros, y una amplitud de la vía que va de 8 a 9,3 metros de ancho”, expuso el gobernador, que había prometido los cambios de las características de la vía al comenzar su administración.
De manera que se estará pasando al diseño de las carreteras nacionales previstas en la Ley 105 de 1993, en cuanto el ancho de calzada es de 7,30 metros, aunque con el ancho de un metro de berma a cada lado.
Esa transversal, junto con la pavimentación por la nación de la carretera Codazzi-Cuatro Vientos, es un paso muy importante para articular la zona norte del departamento y darle una gran densificación vial y movilidad.
Dimos antes aplauso por la pertinencia y necesidad identificada por la administración de Franco Ovalle, aunque sí nos parecía que se la había contratado, en las postrimerías de su gobierno, más con las ganas de hacerla que con la debida socialización para acogerse. Se hicieron serios reparos sobre la contratación por ingenieros locales, que quedaron en el aire por la pasividad de los organismos de control.
Por lo que es llamativo que en esta presentación de ayer, en la que se aplican nuevos recursos para terminar invirtiendo casi $110 mil millones en la carretera, con recursos de regalías, se haya hecho presente la Contraloría.
Verificamos en diciembre que a esa vía, en la parte que inicia desde Aguas Blancas, se le había hecho una carpeta asfáltica de algunos kilómetros, con fuertes ondulaciones, que debía ser modificada.
No pudimos precisar si hubo un cambio de contratista o cesión de la propiedad del contratista original, o si se ejecuta mediante una real subcontratación, pero observamos un cambio del personal y el equipo de trabajo que reactivaba las obras en los últimos meses.
Estemos atentos a que esta vez las regalías del carbón sean materia dura y perenne.