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Ahora sí, que venga el debate

En la campaña presidencial que culminó, no estuvo presente el verdadero debate acerca de que se debería plantear, cual era, quizás, el tipo de modelo económico que requiere Colombia para salir del subdesarrollo y cerrar la brecha. El inmediatismo y lo urgente, que eran seguir en guerra o buscar la paz, fueron el eje de la campaña.

La pelea se dio entre la ultraderecha delirante y fundamentalista,y la derecha moderada. Fue un calco de la campaña francesa, del año 2002, entre el presidente Chirac, de derecha y Jean Marie Le Pen de la ultra derecha; qué cosa tan parecida. Como aquí, ante el inminente peligro de que Le Pen ganara en la segunda vuelta, la izquierda se unió a Chirac lo cual le aseguró su segundo periodo. Parecía extraño que Francia, que tantas directrices le ha trazado al mundo en materia de democracia y libertad, cayera en manos del fascismo que asistía a Le Pen, pero la intención de voto así lo preveía.

Claro, aquí, el peligro era más grande; un triunfo de los uribeños podría atornillarlos de por vida en el poder, por la naturaleza presidencialista del gobierno colombiano y por las malas mañas de sus ideólogos. El susto ya pasó, al menos por ahora.

El presidente Santos tendrá que hilar delgado; con las coaliciones que hizo le toca revisar su agenda de gobierno; su postura neoliberal tendrá que moderarla; tendrá que ubicarse entre López Pumarejo y Gaitán; ese debería ser el parámetro de su próximo periodo.

El modelo neo liberal ya colapsó, el país no puede seguir viviendo de la fácil explotación de los recursos naturales sin valor agregado, al tiempo que se destruye la naturaleza. Según el futurólogo Peter Schwartz, refiriéndose a Colombia, dijo que “el conocimiento es el único que tiene un potencial infinito para la innovación, no el petróleo ni el café”. Tampoco el carbón, agrego.

A este país hay que repensarlo pero esto requiere tranquilidad, es difícil hacerlo con perturbaciones. No sabemos qué tan tranquilos nos dejará el ponzoñoso twitter de Álvaro Uribe cuyos mensajes terminan en falsos positivos, el último de los cuales, quizás, lo fue Zurriaga.

Los que tenían sus esperanzas puestas en el triunfo del CD tendrán que esperar; pero aún tienen un recurso, rearmarse para refundar la patria; las armas no las entregaron; nunca vi que entregaran una motosierra y los fusiles mostrados eran hechizos. El receptor de esos chopos, Luis Carlos Restrepo, se encuentra huyendo.

Cómo negocio, la guerra les resultó atractiva, todavía circulan los torrentes de billetes sucios de la economía subterránea. ¡Chau

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Luis_Napoleon_de_Armas_P.: