X

“Ahora sí estoy bien bonito”

Por:  Jorge Nain Ruiz

Mi columna anterior parece que pisó callos y estos  como que estaban en carne viva, porque  los presuntos golpeados se me vinieron lanza en ristre con expresiones altisonantes, incluso me tratan hasta de “Calanchín”, precisamente de lo que no tengo nada, y puedo jactarme de ser un columnista ciento por ciento independiente; por eso  cuando hay que darle palo al que sea, no me tiembla la mano y cuando hay que elogiar a alguien lo hago sin tapujos.
Bonito que estoy yo ahora, debo escribir para mantener contentas a las élites del Valle, es decir a las familias de pedrigrí que ahora se disputan el trofeo más preciado que tenemos los costeños,  nuestra música vallenata. Vale la pena reseñar que muchas de esas personas que hoy denigran y respiran odio por los Molina Araujo, otrora comían  en una hoja de dividivi, hicieron parte de la Fundación, fueron jurado del festival, parrandeaban constantemente en la casa de los Araujo e incluso en un apartamento del centro de Bogotá; aquellos eran otros tiempos, hoy son los mismos que ven en todo aquel que no les acolita la inquina, el odio y el rencor, enemigos agazapados.
A comienzos de este año, un directivo de la fundación, en otra columna  publicada aquí, escribió de manera ofensiva y grosera contra mí; en esa ocasión me tocó decirle que no era el mosquito que me trasnochaba, ni la garua que me remojaba y  – por lo tanto- no lo iba a graduar de contradictor; mejor dicho, en una columna de opinión como esta no pueden esperar cosa distinta a lo que el autor piensa respecto a los hechos y situaciones que tienen que ver con el folclor vallenato.
Con el poder que me da la independencia y con el respeto y la responsabilidad que me caracteriza, pero jamás con el ánimo de cazar peleas con nadie, ni de comprar pleitos de las familias pudientes del Valle.
En su ya consuetudinaria perorata Evelio Daza, molesto con mi columna, me increpa con expresiones como:  “Asumo el reto y lo emplazo a que se quite la careta y, de frente, asuma la defensa del NEGOCIÓN, y de esta manera es más consecuente con ellos y con lo que él está comprometido.” Carezco de caretas y de mofas, ni le hago mandados a nadie; me gusta hablar de frente, por eso no utilizo seudónimos, ni remoquetes, no sé si ese sea el mismo Evelio Daza que en las redes sociales me ha felicitado en reiteradas oportunidades cuando he escrito sobre los aspectos negativos del festival; según usted,  “el que no está conmigo está contra mí”.
Ahora sí estoy bien bonito: para mantener contentas las graderías debo instigar a que se sigan matando en una guerra insulsa que se originó en una infantil pataleta, que invadió a Evelio alguna vez, cuando los Araujo no le prestaron un micrófono para uno de sus ya sabidos  discursos sobre la vida del expresidente Alfonso López.
Bonito que estoy yo ahora; para mantener contentos a los dos bandos la reyerta me tocará atizar la hoguera en uno u otro sentido y no lo que me gusta hacer: llamar a la concordia, la reconciliación y la paz, que entre otras cosas es lo que está de moda, menos mal que no vivo en el Valle y que no soy, ni he sido amigo, ni áulico de las partes en conflicto, pero sí reitero que mi compromiso es con la cultura vallenata, esa de la que muchos creen ser dueños.

COLOFÓN: Este fin de semana me gustaría cantar ese merengue de “Chente” Munive que dice “Yo voy el cuatro de octubre pa la Paz y tengo que complacer a Dina López”. En ese hermoso municipio del Cesar se celebran las fiestas patronales de San Francisco de Asís y el edición XVI del Festival Voces y Canciones. Y, a propósito de La Paz, mi sincera solidaridad con la familia Oñate Zuleta, especialmente con el Jilguero de América Jorge Oñate,  en estos momentos difíciles en que son mencionados en noticias de carácter judicial.
jorgenainruiz@gmail.com Twiter: @jorgenainruiz

Categories: Columnista
Jorge_Nain: