Noris Ortíz es una señora de 68 años de edad que habita en el barrio Eneal, al noroccidente de Valledupar. En repetidas ocasiones ha tenido que salir de su vivienda ubicada sobre la transversal 30 debido a que las aguas residuales que deberían correr por el alcantarillado se regresan taponando el baño e inundando su residencia.
Esta escena se repite con frecuencia cuando en la ciudad llueve y aunque la Empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar, ha conocido la situación y ha llegado al lugar, el problema continúa.
“El agua se regresa del alcantarillado y el baño se me rebosa; con las lluvias demoramos más de un mes con los malos olores y no podíamos utilizar el baño por lo que nos tocaba hacer las necesidades en otra parte”, dijo Noris Ortíz.
La denunciante aseguró que en dos ocasiones visitó las instalaciones de Emdupar en busca de ayuda. Los técnicos de la empresa llegaron hasta su residencia y le aseguraron que el problema era por una mala instalación de la tubería, pero no hubo solución.
“Nosotros mismos hemos tratado de arreglar el problema por nuestra parte pero cada vez que llueve se nos rebosa y por las calles corre la materia fecal”, acotó la usuario, que denuncia que en esa vivienda, habitan dos personas de la tercera edad, una de ellas permanece con oxígeno por las afectaciones de salud que padece, por lo que hacen un llamado a las autoridades que se apersonen de esta situación que afecta su salud.
Pero esta familia no es la única que padece las aguas negras en el sector. Abilio Peñaloza, presidente de la Junta de Acción Comunal del Eneal, denunció que existen varios manjoles en el sector que permanentemente se rebosan y causan malestar a los habitantes de los barrios Eneal y 20 de Julio.
La calle ajedrezada por la transversal 30 con diagonal 12 permanece llenas de aguas residuales y los fétidos olores causan malestar entre los vecinos, quienes piden ayuda a Emdupar, pues temen que esta situación afecte su salud.
EL PILÓN conoció que Emdupar ha ido en varias ocasiones a hacer algunos arreglos pero el problema persiste. Sobre uno de los manjoles permanece un letrero de la entidad que informa que están trabajando, lo que tiene esperanzada a la comunidad.
Habitantes del Eneal y 20 de Julio no soportan los malos olores de las aguas residuales que corren por las calles del sector cada vez que los manjoles se rebosan. Temen que esta situación afecte su salud.
Andreina Bandera / EL PILÓN
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