Hace quince días expliqué en esta columna el riesgo que representaba las propuestas de gobierno del candidato presidencial Gustavo Petro, para el sector agropecuario y para la economía del país. Por una sencilla razón, Petro no sabe de agro ni de economía. Ni siquiera distingue entre un predio improductivo y un predio ocioso.
Contrario a la política populista de Petro, de aumentar los impuestos al sector agropecuario para expropiar al productivo y darle tierra al improductivo (tal como hizo Chávez en Venezuela), el candidato Iván Duque ha planteado resolver los problemas de ineficiencia del sector agropecuario colombiano, no con pseudo-soluciones utópicas que sólo contribuyen a confundir a los agricultores y a eternizar los problemas del agro, sino, a través de soluciones efectivas, perdurables en el tiempo y ejecutadas por técnicos con visión y liderazgo en el sector. Claramente, cuando se piensa como economista y no como político, las soluciones rinden más que los problemas.
No va a ser una tarea fácil, pero tampoco imposible, poner al día a un sector que el presidente Santos entrega (según el censo agropecuario) con el 54 % de los campesinos sin título de sus predios rurales, el 43 % sin educación básica primaria, el 89 % sin acceso a crédito ni servicio de asistencia técnica, el 83 % sin maquinaria agrícola e infraestructura para transformación y almacenamiento de sus cosechas, el 66 % sin sistema de riego y la mayoría de los predios rurales sin vías terciarias y sin servicios públicos. Ah, y con 16 Tratados de Libre Comercio, suscritos con países que tienen resueltos todos estos problemas.
Para contrarrestar esta ineficiencia del Estado y del sector agrario, el candidato presidencial Iván Duque ha expresado en varios foros y debates su interés en enfocar su política pública en ejes estratégicos como: i) El Fomento al emprendimiento rural, a la innovación y la transferencia de tecnologías. Ii) El Ordenamiento y legalización de la propiedad rural. Iii) El incentivo a la administración del riesgo, uso del recurso hídrico y forestal. Iv) La modernización del sistema de financiamiento agrario y V) La inversión en infraestructura de vías de comunicación y servicios públicos.
Claramente, estos programas requieren de una inversión fuerte de recursos y para ello, el candidato Duque tendrá que redistribuir el exiguo presupuesto del Ministerio de Agricultura, incentivar la participación del sector privado y fondearse con recursos de la banca multilateral. Para resolver, por ejemplo, el grave problema de acceso a la educación en las zonas rurales, el candidato Iván Duque, evaluando la posibilidad de instituir un programa de Escuelas de Emprendimiento Rural (EER) que busca dotar de capacidades y herramientas empresariales a más de 50 mil jóvenes bachilleres de las zonas rurales del país, que todos los años se quedan sin oportunidad de ingresar a una carrera universitaria por falta de recursos de sus padres y terminan de motoxistas en las ciudades.
Para la mayoría de estas familias campesinas, el paso por una Escuela de Emprendimiento Rural es la única oportunidad que tienen en sus vidas de adquirir las competencias que les permitirían eliminar las principales causas internas del subdesarrollo rural. Sin duda alguna, esta será una iniciativa que va a revolucionar la productividad en el campo.
Continuará.