Ya estamos hasta la coronita de los pésimos servicios de la Policía Nacional adscrita mediante contrato muy costoso a los servicios del Tránsito Municipal, ellos solo sirven para pedir los documentos y pasearse muy orondos en las flamantes y poderosas motos que el municipio les proporciona, sin importarle los trancones, las voladas de semáforos, las contravías y otras infracciones.
Solo están pendientes de llenar las grúas de motos y llevarse los carros mal parqueados. Tienen metido en la cabeza que todos los civiles y los choferes somos delincuentes porque esa es la mentalidad que les han inculcado. Lo digo con propiedad y experiencia, pues lo viví en el tiempo que fui director de Tránsito por espacio de casi 8 años. Ellos, los policías, no se entienden con los “azules”, tampoco con su comandante y menos reciben órdenes del secretario de Tránsito. Si la reciben, no las cumplen.
Por todo lo anterior le sugiero al actual alcalde Mello Castro que en vez de renovar ese contrato el año entrante, destine el dinero correspondiente para contratar 25 ó 30 jóvenes bachilleres que hagan cursos de capacitación en el Sena y se les dote de una buena moto y así hacen la labor de 50 ó 60 agentes. No es justo que la Policía cobre por ese servicio cuando a cada agente el Estado le paga su sueldo. Reemplazándolos se generaría un buen número de nuevos empleos directos e indirectos.
Ya es hora también de que se haga una renovación en los “azules” existentes, que muchos trabajaron conmigo y ya están para pensionarse, gordos y cansados.
Para el futuro todo agente de tránsito debe ser por lo menos bachiller y ostentar su diploma del Sena que lo acredite como un verdadero profesional en materia de movilización y transporte. No sigamos distrayendo la buena labor que desempeña la Policía Nacional dándonos seguridad hasta donde le es posible y defendiendo nuestros intereses de los vándalos, rateros, drogadictos y toda clase de delincuentes, quitémosle los problemas de mal parqueo, contravías, pases vencidos o voladas de semáforos, que esa institución no fue creada para esos menesteres, que además la desprestigian con tantos cuentos crueles que hay en ese mundo de los carros.
Hágame caso alcalde, creo que hay tiempo, pues el presupuesto para el año entrante todavía no ha sido aprobado por el Concejo Municipal y necesitamos unos agentes de tránsito ilustrados y bien motorizados que sepan lo que hacen. Si quieren verlos vayan a Bucaramanga o Medellín para que se convenzan. ¿Si ellos pueden, por qué no nosotros?