Gobernador, Embajada de Holanda y Fedecafe:
El gobernador del Cesar, Cristian Moreno Panezo, se reunió con representantes de la Embajada de Holanda, la Federación Nacional de Cafeteros y cinco alcaldes del Cesar, con los que consolidó el acompañamiento al proyecto de mejoramiento de calidad de vida de seiscientas familias desplazadas que encontraron en la siembra de café una oportunidad para seguir creciendo productivamente.
En esta iniciativa donde interviene la Federación Nacional de Cafeteros – seccional Cesar- con un programa de renovación de cafetales, existe un crédito de seis millones de pesos por hectárea de café, que tienen un incentivo del ICR que lo aporta Finagro por el 40 por ciento de descuento y la Gobernación aporta un 20 por ciento adicional, lo que le permite al cafetero pagar del préstamo sólo dos millones 400 mil pesos y el resto, correspondiente a los intereses los asume la Federación.
Los municipios que hacen parte activa del proceso son Becerril, Curumaní, La Jagua de Ibirico, Chiriguaná y Codazzi, en esta última localidad la Administración Departamental apoya con el proyecto de vías terciarias que se ejecuta con el Plan Quintal, por valor de cinco mil millones de pesos.
“Nuestra puesta de gobierno está centrada en restituir derechos y con estas 600 familias lo que buscamos en consolidar este proceso de entregarle las condiciones a la gente que lo necesita y que con esta oportunidad miran hacia un nuevo horizonte de vida”, sostuvo el Gobernador.
El representante de la Fundación Dawergeighers, Donn Jansel, indicó que lo importante de esta puesta es juntar esfuerzos y responsabilidades que fortalezca la producción y los accesos al mercado.
“Desde la Fundación Saralí llegamos a Colombia por ser una tierra importante en la producción de café. Una vez salió el proyecto para asistir a pequeños productores proyectamos intervenir para hacer algo integral para darle acceso a mercados”, afirmó.
Alexander Salazar Montoya, coordinador seccional centro en el Cesar de la Federación Nacional de Cafeteros, manifestó que hay tres factores que integran la iniciativa, una organización comunitaria, la autoestima de los cafeteros afectados por desplazamiento y violencia y la capacitación para producir café.
Al respecto manifestó: “Lo que se pretende es buscar mejores ingresos a estas familias y darle sostenibilidad a las fincas. La dinámica del convenio que iniciamos hace dos años con la Unión Europea y en acuerdo con la Embajada de Holanda está centrada en la entrega de materiales y no recursos que mejoren las viviendas y beneficiaderos, y así fortalezcan las condiciones de vida de las personas que fueron desplazadas por la violencia”.