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Adiós a los carromuleros

Como se dice en el argot popular ‘a todo le llega su día’, al fin llegó un Alcalde que empezó a solucionar esta situación del sistema de transporte de tracción animal que si bien en el pasado (siglos XIX y XX) hizo parte de la solución a las deficiencias de transporte, y además este hacia parte del paisaje, hoy es una expresión de pobreza, de informalidad, de rebusque y hasta de atraso.

Este tipo de transporte (carromuleros) ya no tiene buen ambiente en ciudades con problemas de insuficiencia vial, y de inmovilidad que deben modernizar su sistema de transporte, ya que este causa trancones, dejan basuras a su paso y la mayoría de los carromuleros tiran las podas y escombros en lotes descubiertos. Además, notamos que en el gran número de los casos es constante y a veces inhumano el maltrato a los caballos y claro, por mucho censo que hagan no se sabe en realidad cuántos son, decir también que estos sintientes son sometidos a largas y extenuantes jornadas, con otro agravante, y es que se ven por las calles haciendo una tarea pesada, pero mal alimentados, con esfuerzos supremos para transportar las cargar, algunos se van de bruces en plena vía y otros han sido atropellados por carros o causan accidente.

En todo caso, los apreciamos resoplones entre vehículos y transeúntes, aspirando lo que nos invade, el monóxido de carbono, no se puede desconocer al sustituirlos que aquí camina sobre ruedas un problema social, de este sistema depende la subsistencia de muchas familias de estrato bajo, pero el Alcalde de Valledupar, Augusto Ramírez Uhía, con algunos funcionarios de su equipo ha tomado las riendas para apurar la solución, empezando por una opción de empleo a los conductores que entre otras, algunos no muestran voluntad para la sustitución de esta actividad y muchos rechazan la alternativa de los motocarros alegando por ejemplo que este sistema es más costoso, de hecho el animal no consume gasolina y tampoco carga el peso que jala el equino.

En cualquier evento, la salida del vetusto medio no da más espera, los caballos deben ser reemplazados, ellos son para el campo abierto y no para calles atestadas de gente y de carros.

En nuestra normatividad, existe la Ley 769 de agosto de 2002 (Código Nacional de Tránsito Terrestre) que expresa en su artículo 98, que los vehículos de tracción animal, en un término de un año, se prohíbe su tránsito urbano en los municipios de categoría especial y municipios de primera categoría del país, quedando exento los vehículos de tracción animal para fines turísticos.

La susodicha Ley, fijaba como último plazo al 31 de enero de 2012, obviamente este plazo no se cumplió, luego se emitió el Decreto 178 de 2012 que fijó como último plazo el 31 de enero de 2013, pero este plazo tampoco se cumplió ya que los municipios seguían sin darle alternativas de trabajo a los carromuleros, muy a pesar de que la Corte Constitucional se lo ordenó.

NOTA: gracias señor Alcalde por cumplir esta orden y tomar las riendas de los caballos, ya se nota la diferencia que existe entre un transporte y el otro.

Por Hernán Maestre Martínez

 

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